Una coctelería de O Grove aporta su grano de arena a la gastronomía creativa con un helado de centollo

VIGO

MARTINA MISER

04 may 2023 . Actualizado a las 20:18 h.

Se llama Rafael Mansi y conviene recordar su nombre porque a este paso puede convertirse en el Yinyo gallego, o italogalaico, para ser exactos. Salvador Barreto, Yinyo para los amigos, abrió en 1968 una heladería en Lares (Puerto Rico) que con el tiempo se convirtió en una referencia internacional de la extravagancia aplicada al mundo del hielo. Los mil sabores de los que presume desde hace cuarenta años disparan sobre el mismo cucurucho mezclas aparentemente tan ásperas como el mantecado con carne, pescado, pollo, cerveza, cebolla o ajo. Sin llegar a tanto, Mansi acaba de abrir la gastronomía gallega a este universo infinito y un tanto lisérgico desde O Grove. De sus manos y su inventiva nace el primer helado de centollo de la historia.

Nuestro hombre arribó a la ría de Arousa hace veinte años. Sus raíces italianas encontraron en la hostelería un terreno fructífero sobre el que crecer. Y así abrió un restaurante que enseñó a los grovenses a comer pizza. Pasado un tiempo, Mansi probó suerte con la confección de helados. Tampoco le fue mal y apostó por una primera heladería, Ravello, a la que desde hace una semana acompaña un segundo establecimiento, Romeo, especializado también en cócteles, cafés y repostería. Con su hija Julie al frente y un diseño cardíaco como telón de fondo, el negocio se estrena bajo la bandera inimitable del centollo helado.

«Quería aprovechar la temporada [la veda del patudo crustáceo se levantó hace unos días] y sorprender a la gente», explica el creativo hostelero, que anuncia nuevos maridajes en cuanto la Festa do Marisco retorne a O Grove.

Lo cierto es que de unos años a esta parte varias heladerías de las procedencias más dispares se han lanzado a una peculiar carrera en pos del mantecado más extraño. Solo en España es posible atreverse con helados de boquerones en vinagre, jazmín, boniato, pestiño y churros, fabada, pimiento o judías rojas. Pero quien esté ya torciendo el gesto y preparando el gracejo debe saber que la propuesta de Mansi está muy buena, es equilibrada y suave. Nada que ver con el horripilante sorbete de puré de guisantes, salchicha y salsa de carne que anuncia en Internet una compañía de alimentos británica. Sus helados hicieron de Yinyo toda una personalidad. Quién sabe lo que le aguarda a Mansi. Tal vez solo le falte una etiqueta adecuada. ¿Qué tal «centolado»?