Las pizzas las pagaron caras

VIGO CIUDAD

Tres atracadores aceptan un total de siete años de cárcel por telefonear a Pizza Móvil para hacer un pedido a domicilio y luego dar el «palo» a sus repartidores.

06 nov 2008 . Actualizado a las 11:05 h.

La banda de los atracadores de pizzas pagará con un total de siete años de cárcel por sus cuatro asaltos a los repartidores de la típica comida rápida italiana. La policía les llegó a acusar de 20 golpes pero finalmente solo quedaron probados cuatro de ellos.

El primer asalto se produjo el día 30 de octubre del 2005 a las 22.30 horas. Javier B.B., Borja M.R. e Isaac F.G. telefonearon al local de Pizza Móvil en Sanjurjo Badía y encargaron una pizza para que el repartidor se la llevase al Camino de Pinales, 11. Un empleado se desplazó en moto a ese portal y al llegar los sospechosos le amedrentaron con un cuchillo. Obtuvieron un botín de 25 euros de las vueltas.

A partir del segundo golpe, el 10 de noviembre, solo actuaron Borja e Isaac. Estos ocultaron su rostro bajo la ropa que vestían y encargaron a las 23.15 horas una pizza para la Travesía de Espiñeiro. Exhibieron un cuchillo para hacerse con 38,5 euros.

El tercer palo data del 13 de noviembre a las 00.15 horas. Nuevamente, ambos se ocultaron bajo sus ropas y pidieron otra pizza al mismo local. Esta vez dieron la dirección del Berbés, 9. Cuando llegó el motorista, le pusieron algo punzante a la altura del estómago y le robaron 60 euros.

Se quedaron con la comida

Un día después volvieron a actuar. A las 23.45 horas, se pusieron un pasamontañas y una bufanda y encargaron una pizza a la misma empresa que ya habían atracado tres veces. Esta vez usaron el móvil de Isaac para que les sirviese en el Camino de Vilaboa, 29. Le pusieron una navaja en el estómago y se apoderaron de una riñonera, 43 euros y una pizza.

El juzgado reconoce que los acusados tenían dependencia de las drogas, que disminuían sus facultades.

El asunto se descubrió porque Borja se vio involucrado en una pelea en la plaza de Portugal y al ser detenido por otros delitos, también admitió de modo espontáneo que andaba con malas compañías y que había participado en los atracos. Sus cómplices también admitieron el delito. Por ello, se beneficiaron de la atenuante de confesión.

El día del juicio que se iba a celebrar en el juzgado de lo Penal número 2 de Vigo, los acusados llegaron a un acuerdo con la Fiscalía y Javier se conformó con seis meses de cárcel, Borja con tres años y tres meses e Isaac con la misma pena que el anterior.