La calabaza gigante de Chandebrito

VIGO

Un vecino de Nigrán ha cultivado en lo alto de una viña de su casa una hortaliza gigante que ha alcanzado los 50 kilos de peso y 80 centímetros de diámetro

05 nov 2008 . Actualizado a las 11:23 h.

Una calabaza gigante ha crecido en lo alto de una viña. No es ciencia ficción. Le ha ocurrido a un vecino de la parroquia de Chandebrito, en Nigrán. Manuel Gómez Costas no sale de su asombro cuando observa la descomunal hortaliza que pesa alrededor de 50 kilos.

La ha visto crecer durante los últimos meses sobre una parra en la entrada de su vivienda y jamás se hubiera podido imaginar que llegara a alcanzar semejantes dimensiones.

Nacer a dos metros de altura. Piensa que a lo mejor ése ha sido el secreto de que la calabaza haya engordado tanto. La viña daba sombra a la planta de la calabaza. Por eso el tallo creció y creció, hasta sobrepasar a su competidora y poder así recibir los vivificantes rayos de sol.

Y allá en lo alto se ha desarrollado la calabaza, recostada sobre la alambrada que sujeta la planta del albariño. Al principio era un ser minúsculo, casi se confundía con una uva, pero ha crecido tanto, que ya tiene 80 centímetros de diámetro.

La hortaliza acabó cayéndose al suelo vencida por su propio peso. Unos vecinos no daban crédito a semejante prodigio de la naturaleza y la zarandearon con un palo. El soporte de alambres acabó cediendo. «Anduvieron con ela e desplomouse no chan, pero no lastimou a ningúen», comentaba ayer su propietario.

Una pieza así sólo podía haber crecido en una tierra tan productiva como la de Chandebrito. La vivienda se encuentra situada en el barrio de Laxe, en una zona considerada como una de las mejores tierras de cultivo. Aquí también se han recogido en anteriores temporadas cebollas de casi un kilo, según cuentan portavoces de la Asociación Chandebrito 1807.

Para el cerdo

Ni vendida ni preparada al estilo tradicional. La calabaza gigante se la comerá el cerdo que Manuel Gómez Costas está criando en su domicilio. La hortaliza servirá para alimentar a este animal que piensa sacrificar el mes que viene, como manda la tradición durante esta época.

A esta familia de Nigrán no les gusta la calabaza ni tienen ganas de cocinarla. Mejor engordar con ella al porcino cuya carne les llenará la despensa durante el próximo invierno y les ahorrará unas cuantas visitas al supermercado.

El animal tendrá comida para rato, porque 50 kilos de calabaza dan para mucho. «Nunca jamás miré una calabaza así, criouse ben grande», comentaba ayer Manuel Gómez, jubilado y antiguo trabajador del departamento de Vías y Obras del Ayuntamiento de Nigrán.