Su hijo acaba de empezar a ir al colegio. Jorge Domínguez Alfaya, de 39 años, ha trabajado en Faurecia durante los últimos seis. Se queja profundamente de la situación que viven los trabajadores de la empresa y añade que «aún estamos esperando las rebajas de enero...», porque, según cree, la situación se va a endurecer.
Jorge Domínguez tiene una hipoteca y ya ha terminado de pagar el coche. Pero entre su vivienda, el niño y el resto de gastos fijos, asegura, se le va todo el sueldo. «Voy a rezar para que mi mujer trabaje mucho, por que si no...».
El trabajador es muy crítico con las medidas de la dirección de Faurecia: «Es un paro ficticio que se han inventado la empresa y la Xunta», sostiene. Según sus argumentos, la fábrica viguesa tiene sobreproducción de lunes a jueves pero los viernes va a hacer paros. Y el año pasado trabajó casi todos los sábados, «y nueve horas», explica.
«Los trabajadores siempre apoyamos, levantamos la empresa, y cuando vienen tiempos malos, la empresa dice que le duele el meñique, pero yo tengo las dos piernas cortadas», resume.