A mediados de mayo, las empresas de Mos, O Porriño, Tui y Salceda, denunciaron la paradógica situación que les obligaba a conectarse a una depuradora que aún no está en funcionamiento. La «presión» movilizó a las administraciones, que dos años después de que se concluyera la faraónica obra, aún no han sido capaces de asumir su puesta en marcha. Tras varios encuentros y negociaciones, Xunta y concellos se pusieron a trabajar y se fijaron como tope octubre para que entre en servicio mientras, a la vista del compendio de intenciones políticas, la Confederación Hidrográfica anunció que sería «flexible» con los empresarios.
Dos meses después la situación no ha cambiado, al menos para los industriales ya que la flexibilidad avanzada comienza su marcha atrás mañana. En el apremio de mayo se les conminaba a que estuvieran conectadas a la red el 31 de julio. En los que ya han recibido estos días, se les urje a que, en esa mesma fecha, hayan conseguido el correspondiente permiso de conexión ante la entidad mancomunada que la gestiona. Para el caso, lo mismo, porque ni mañana va a estar funcionando el servicio ni va a estar constituido el ente gestor.
Por surrealista que parezca el apremio está ahí y, «ante la preocupación e incertidumbre» que ha generado la situación, los afectados han decidido constituirse como «comisión de afectados por la inactividad de la depuradora». La plataforma, según avanzaron ayer sus portavoces y que aglutina a la Cámara de Comercio de Tui, las asociaciones de empresarios de Mos y O Porriño y la de graniteros de Galicia nace para asegurar «la defensa jurídica de los afectados, que se podrían enfrentar a sanciones millonarias» pese a estar en un callejón sin salida. La entidad tampoco descarta emprender acciones legales contra las administraciones si se derivan responsabilidades.
Exigen a la Confederación que paralice las notificaciones, «de imposible cumplimiento» y que los compromisos políticos se trazuzcan en hechos a corto plazo.