Los productos básicos y el ocio cuestan hoy un 60% más, pero los sueldos de los vigueses solo crecieron un 9%
27 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.La bolsa se desploma. Una de las principales constructoras del Baixo Miño se va a pique y deja tirados por el camino a un millar de compradores, trabajadores y proveedores. Los comerciantes vigueses sufren las peores campañas de invierno, navidad y rebajas del último decenio. Los cierres de negocio se suceden en centros comerciales tan céntricos como el de la plaza Elíptica. Los precios de productos básicos como el pan se disparan. Sube el paro. Citroën anuncia que deberá reducir en un millar su plantilla de trabajadores. La venta de vivienda ha caído en picado, la de coches se ha estancado y a los fines de semana de fiesta les ha desaparecido el jueves.
¿Está Vigo en crisis? ¿La ciudad más próspera de Galicia se ha contagiado también del constipado económico que desde hace meses trae de cabeza a los responsables políticos y económicos de Estados Unidos y Europa? Los hechos parecen indicar que sí. Y en la calle ya se detecta el temor a que todos esos síntomas sean el principio de una larga temporada de vacas flacas.
Lo pudo comprobar La Voz en un recorrido por los principales sectores económicos de la ciudad, en los que la crisis se define ya como una amenaza cierta. Aunque moderada. Porque casi todos los consultados coinciden en que la crisis de momento no es más que un parón provocado por una nefasta confluencia de factores: la subida de las hipotecas coincide con un imparable incremento de los precios y con un alarmante estancamiento de los salarios. El resultado de tan peligrosa combinación es que los vigueses han visto recortado su poder adquisitivo.
Precios disparados
Todo ello está en cifras. Y ninguna es demasiado buena. Basta con observar la evolución de los precios de los principales productos de consumo, que se han encarecido un 60% desde que el euro entró en circulación en el 2002, según revelaba esta misma semana un informe de la organización de consumidores Ceaccu. Y las mediciones realizadas por La Voz desde el 2002 para controlar la evolución de la cesta de la compra ofrecen un dato casi idéntico al de Ceaccu, aunque con matices propios de Vigo. Destacan entre ellos las variaciones disparatadas de productos como las patatas, el aceite o las legumbres, que han triplicado su coste en seis años. O el descontrol en las tarifas de opciones de ocio como el cine, que pasó de costar 400 pesetas (2,4 euros) a superar los 6 euros.
Esos avances contrastan radicalmente con el experimentado por los salarios. En este caso los datos son del Instituto Nacional de Estadística, que documenta que el sueldo medio de los trabajadores de la provincia ha engordado en un exiguo 9,4% desde que el euro se adueño de Europa. Eso quiere decir que los asalariados de la provincia ganan apenas 123 euros más que en el 2002: cobran de media 1.424 euros, por los 1.301 de hace seis años. La debilidad adquisitiva de los vigueses se ve acentuada además por el hecho de que Galicia sea la cuarta comunidad autónoma con los salarios más bajos. Y ahí es dónde está realmente la crisis: en el hecho de que los precios hayan crecido seis veces más que los salarios desde el euro.