La «novia cadáver» de Tim Burton se despide hoy de Vigo

VIGO

La exposición que recrea el universo creativo de la película se puede visitar hoy por última vez

13 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La exposición que acerca al público el proceso creativo de la película de Tim Burton, La novia cadáver. Del dibujo a la marioneta , se despide hoy del público en Vigo. La muestra, que se exhibe en la sede viguesa de la Fundación Caixa Galicia (Policarpo Sanz, 21) presenta las maquetas originales con las que se grabó la película, bocetos, dibujos y numeroso material multimedia que acerca al espectador al fantástico universo creativo de uno de los realizadores más singulares del mundo. Desde el pasado 21 de diciembre miles de personas han pasado por la sala, y hoy es el último día para disfrutar de los secretos del cine de animación. Abre de 12 a 21 horas y la entrada es gratuita.

Diseño español

La inspiración para todos los elementos de diseño de la película La Novia Cadáver , según explicó el equipo responsable del filme durante la inauguración, procedió de una serie de esbozos y pinturas del propio Tim Burton. Los dibujos no eran unos diseños de personajes exhaustivos pero sí una guía para el estilo, las proporciones y el humor que el realizador quería para su reparto en miniatura. Para ampliar este trabajo original que documentara todos los elementos necesarios para hacer las maquetas, se sumó al proyecto al diseñador español Carlos Grangel. Él y su equipo en Grangel Studios acometieron esta tarea creando primero siluetas de los personajes originales de Burton, para encontrar su forma inherente y a continuación diseñaron nuevos personajes similares en blanco y negro.

Una vez estas propuestas fueron aprobadas, se le dio cuerpo al personaje del modo más tradicional. Montones de esbozos fueron completados mostrando no solamente la estética de cada una de las partes del personaje, sino cada mínimo detalle de su ropa, textura y color.

Maquetas

Con esta información, un grupo de escultores y creadores de maquetas de la productora Mackinnon & Saunders empezó el largo y meticuloso proceso de convertir imágenes 2D en esculturas de plastilina, completamente realistas.

El tamaño de las esculturas varía de 30 a 40 centímetros y están sostenidas desde dentro por un esqueleto de alambre. Según comentaron los creadores de las maquetas durante su intervención en la Fundación Caixa Galicia, hubo que prestarle mucha atención a las cabezas de los personajes, muchas de las cuales eran tan solo del tamaño de una pelota de ping-pong y que a la larga serían vistas de cerca en las grandes dimensiones de una pantalla de cine.