cangas | La Dirección General de Costas ha anunciado a la alcaldesa de Cangas su intención de paralizar el proyecto de recuperación ambiental del entorno de la playa y marisma de Vilariño, presupuestado en 1,9 millones de euros. El organismo justifica su decisión por los recursos que presentaron los colectivos ecologistas Anduriña y Luita Verde, en los que advertían de que la actuación prevista vulneraba la propia Ley de Costas al instalar un paseo de madera dentro de la zona de deslinde marítimo terrestre.
La intención de Costas de actuar en este espacio se remonta ya a hace once años. Fue desestimado un primer proyecto (de diciembre de 1996) por discrepancias entre distintos organismos de la Administración. En el 2000 fue adjudicado un nuevo proyecto, que recibió numerosas alegaciones, la mayoría de ellas desestimadas.
Parte eran de los diez propietarios de casas, galpones y cierres afectados por la actuación (estaba prevista la demolición de 8 galpones, 2 pequeñas casas y 9 cierres, además del vial perimetral de la playa); otra era de la asociación de vecinos, que pedía varias modificaciones en el proyecto; y dos, de los citados grupos ecologistas.
El mayor problema que encuentran Anduriña y Luita Verde es la decisión de Costas de construir un paseo de madera sobre la arena dentro de la zona de deslinde. Antonio Cordeiro, de Anduriña, hizo saber a Costas que tal actuación sería ilegal. El paseo tendría que ir al sur de los mojones, en zona de servidumbre.
Costas dio a entender a la alcaldesa que el proyecto podría seguir su trámite si los ecologistas retiraran la alegación. Cordeiro es tajante al respecto: «Anduriña non é quen para paralizar un proxecto. Costas terá que comunicarnos se o estima ou o desestima».
«É incomprensible que digan que nós temos parada a actuación. Terán que explicar por que Costas presenta un proxecto que non é viable despois de estar mareando a perdiz tantos anos. Que expliquen por qué non se atreven a facelo. Nós sabemos por que: porque se poden meter nun problema moi gordo», añade Antonio Cordeiro.
La alcaldesa se reunió anteayer con una representación de la asociación de vecinos de Vilariño. Se comprometió a convocar también al representante de Anduriña para hablar del problema.
Los vecinos, a pesar de cuestionar el proyecto en cuestión, consideran que sería «unha pena» que después de once años se quedase en nada. Consideran que conllevaría una mejora en cuanto a limpieza, saneamiento y generación de espacios de recreo en un barrio que está viviendo un fuerte crecimiento urbanístico en los últimos cuatro años.
La asociación no culpabiliza a los ecologistas de la paralización de la actuación. Quieren hablar con ellos para que les expliquen las razones de su recurso y acercar posturas.