Fue una de las anécdotas de la jornada de investiduras. Tras votar los concejales del PP de Poio, la urna se rompió. Tras unos instantes de sorprersa y una vez solventado el incidente, el alcalde Luciano Sobral no lo dudó y revisó el voto que iba a introducir en la urna no fuera a ser que se confundiera. Y es que en Poio, un concejal inclinaría la balanza hacia un lado o hacia otro.