Novias de negro

Agencias

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Cristóbal Vidal sorprende con una colección para novias repleta de color... ¡negro!

15 jun 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Cristóbal Vidal y Txell Miras, dos de los diseñadores del colectivo de emergentes que ha desfilado hoy en Pasarela Gaudí Novias, están a un paso de consagrarse y dejar el pelotón de las promesas. Ambos han presentado dos vestidos de novia atrevidos, distintos y con más fuerza que otros con nombre propio de esta primera jornada. Para la catalana Txell Miras los dos trajes de novia han sido un experimento porque, según ha explicado de momento no tiene intención de seguir con la moda nupcial. «Tengo otros proyectos y esto ha sido casi una casualidad no buscada, pero he tratado de hacer unos vestidos partiendo de una silueta para llenarla de volúmenes», ha explicado. El resultado ha sido «un poco disfraz», como ella reconoce, pero manteniendo la identidad de la novia para decir «aquí sigo yo». El algodón y el color blanco y el crudo roto han sido los tonos dominantes. Como toque callejero, unas mallas de felpa chandaleras visibles sólo de perfil o por detrás. El gallego Cristóbal Vidal ha seguido fiel al tablón franciscano para la falda en uno de sus trajes de novia, pero en seda gris antracita y con tablas muy marcadas y cola, que ha completado con una camisa de fuerza blanca y un chaleco negro de bolillos de Camariñas hecho por manos artesanas. Además de este traje para ceremonia litúrgica, ha presentado otro para un enlace civil, en tonos claros y crema, compuesto por un abrigo con grandes pliegues en la espalda y pantalones. Además del volumen isabelino de sus composiciones, el estilismo de las modelos, calvas y con un ramo de flores silvestres traídas de Galicia y puestos en la nuca, han servido para dar fuerza a la composición y marcar diferencias. De los emergentes ha destacado también por su atrevimiento un traje de novia para hombre de Mar Rodríguez, con pantalón de seda plisada en una pierna y de encaje y organza en la otra, chaqueta de seda dorada, y un tocado entre velo y turbante de encaje. Agradables han sido también los trajes de novia de seda y tul de color sosa, limpios y románticos de Juanjo Oliva, y los vestidos, comodísimos y fresquísimos, de Sergei Povagin. Lucía Blanco ha subido a la pasarela dos novias con aspecto de cenicienta y Joan Pastor un traje casi inacabado, como de cortesana, y otro mini de seda de macro nido de abeja recogido por delante. Hannibal Laguna ha cerrado la primera jornada con una colección con 24 trajes-joya, según los ha definido él mismo, muy trabajados realizados con damascos picados, garzas plisadas y superposiciones de chantilly en los que ha recreado siluetas de los años 30. Especialmente trabajados han sido el primero y el último de los que han subido a esta pasarela, ajustados al cuerpo, escotados y con falda más vaporosa, hechos con tafetán troquelado al láser y recortado. En muchos vestidos unos broches, copia de unos pendientes que Balenciaga regaló a la abuela de Laguna, han desplazo como complemento a los velos. Para dar suerte a las novias, ha bordado piedras de luna en algunos cuerpos y escotes. Mañana será la jornada más internacional ya que el anuncio de la visita de la modelo Naomi Campbell parece que animará a muchos a acercarse a esta pasarela. Hoy los políticos se han olvidado de la moda, aunque todos han llamado a la organización para dar apoyo moral.