Patrocinado por:

Una nueva red social en que usuario cotiza su influencia en Internet causa furor en Chile

María Salvador

OCIO@

El Empire Avenue funciona como una Bolsa de valores en la que se negocia el prestigio de sus usuarios en otras redes como Twitter y Facebook.

22 jul 2010 . Actualizado a las 22:53 h.

El Empire Avenue, una nueva red social creada en Canadá, en la que el usuario cotiza su influencia en internet como si fuera el valor de una acción en Bolsa, causa furor entre los internautas chilenos. La culpable de que el fenómeno Empire Avenue explotase en Chile es Carolina Millán, de 26 años, quien incluso fue contactada por los creadores del sitio.

«Ingresé al sitio, empecé a revisar a ver de qué se trataba para entenderlo un poco. Lo encontré entretenido porque de alguna manera intenta medir el alcance que tiene tu mensaje, no solo influir en la gente sino (medir) cuánta gente te está escuchando o leyendo», cuenta Millán.

Empire Avenue funciona como una Bolsa de valores en la que se negocia el prestigio e influencia en la red de sus usuarios. Al abrir una cuenta, el usuario dispone de 1.500 Eaves (una moneda virtual cuyo símbolo recuerda al del euro) y dispone de 10.000 acciones que valen cada una 10 Eaves. A partir de ahí empieza a construir su cartera de inversiones.

Cuánto más activo es el usuario en otras redes como Facebook y Twitter, o en su blog y otras aplicaciones, más dinero genera y más crece su cotización.

La cotización de tu acción varía en función de cuán activo eres y de cuán demandada es. Si no tienes actividad tiende a bajar (y viceversa) y si mucha gente la quiere, sube de precio. Cuando se agotan tus acciones puedes emitir más -aunque esto está limitado- y eso también aumenta su precio.

Al inicio del juego, Empire Avenue valora los contactos del usuario, le da un precio de salida y un stock de acciones propias, y a partir de ahí la propia Bolsa va regulando.

Empire Avenue se abrió al público el martes pasado (antes se ingresaba por invitación) pero el empuje que dio Millán a fines de junio a través de su blog y de Twitter fue tal que los creadores del juego la contactaron para pedirle consejo. «Hemos intercambiado algunos e-mails, me han preguntado qué pueden hacer para brindar un mejor servicio a la comunidad chilena y están trabajando en traducir el sitio al español, que es lo principal», resume Millán.

Mientras los usuarios hablan de «transar la influencia de personas y empresas», el sociólogo Vicente Espinoza, del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, opina que el atractivo del juego «tiene que ver con ponerle precio, medir el prestigio de las personas en valor monetario», explica.