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Televés denuncia el impago de los derechos de fabricantes de receptores de TDT

Efe

OCIO@

La compañía denuncia que en el apagón analógico se está produciendo con dispositivos que eluden el pago por el uso de la tecnología que incorporan.

25 mar 2009 . Actualizado a las 19:19 h.

La compañía de telecomunicaciones Televés ha denunciado hoy el impago de derechos de los «fabricantes, importadores y distribuidores» de receptores de televisión digital terrestre por la utilización del software preciso para decodificar la señal.

Según esta compañía, en el proceso conocido como «apagón analógico» se está produciendo un «preocupante efecto de inundación» del mercado con dispositivos que eluden el pago de derechos por el uso de la tecnología que incorporan.

La empresa Televés sostiene en un comunicado de prensa que es «actualmente el único fabricante que diseña, desarrolla, y fabrica íntegramente en Europa receptores DVB-T», que es el software utilizado por esos aparatos para recibir la señal de la televisión digital terrestre y por el cual hay que pagar derechos de uso.

La compañía tecnológica, que basa su actividad en la investigación, diseño, fabricación y comercialización de equipos para la recepción y distribución de la señal de televisión, según su página web, indica que fabricantes, importadores y distribuidores eluden el pago de derechos «con el fin de abaratar costes».

Televés advierte de que los usuarios de estos receptores pueden sufrir un corte «repentino» del suministro.

La empresa apunta que en la compresión de información, transmisión y almacenamiento de señales de audio y vídeo se utilizan rutinas de software identificadas por unas siglas que, por su amplia divulgación, ya forman parte del lenguaje cotidiano, como MPEG, DVD, DVB-T, MP3, HDMI, DIVX y otras que a pesar de ser «estándares tecnológicos, conllevan la utilización de un software que tiene propietario y por el que hay que pagar derechos».

Por este motivo, la compañía denuncia que el impago de estos derechos perjudica a los fabricantes que sí cumplen y supone una «ventaja desleal», es «contrario a toda ética industrial» y demuestra «escasa consideración» a los clientes y consumidores.