Bernardo Casal: «Me saqué la carrera en el tren»

Nacho Mirás Fole

SOCIEDAD

Si uno se aplica y está motivado, un vagón puede ser un aula magnífica

26 dic 2011 . Actualizado a las 10:46 h.

Ingeniero agrónomo, licenciado por la Universidade de Santiago de Compostela en el campus de Lugo, su expediente académico mereció una mención especial en los premios de finalización de estudios otorgados por el Ministerio de Educación. De eso ya hace unos años. No contento, Bernardo Casal Llorente (A Coruña, 1972) decidió compaginar el trabajo con nuevos estudios de Economía en la UNED. El pasado jueves recibía en la sede de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, en Madrid, el premio extraordinario de licenciatura al mejor expediente del año pasado. El suyo es, literalmente, un éxito sobre ruedas.

-¿La primera carrera le sirvió para encontrar trabajo en lo suyo?

-Sí, soy ingeniero agrónomo y ejerzo desde hace doce años en la empresa pública Tragsatec, ahora estamos con cosas de desarrollo rural.

-Pero siguió estudiando...

-Como hacemos muchos. Es una cosa que siempre se me dio bien, aprender cosas nuevas me llena. Y la UNED te permite estudiar y trabajar.

-¿Qué le han dicho en casa después de los premios?

-Ya están acostumbrados [se ríe], yo empecé con el ánimo de ir aprobando las asignaturas a las que te vas presentando. Después, a mayores, si las notas son buenas, ya es otra cosa. Pero cuando empecé a estudiar no me planteaba que tenía que conseguir el mejor expediente.

-El caso es que su aula, su centro de estudio, no fue un lugar convencional, se movía...

-Es cierto. Durante los tres primeros cursos vivía en Vilagarcía y trabajaba en Pontevedra. Iba todos los días en tren, así que aproveché la media hora de ida y la media hora de vuelta diaria para preparar las asignaturas; se puede decir que me saqué la carrera en el tren, gracias a Renfe. Aprovechaba el tiempo para estudiar en época de exámenes, para subrayar los libros... No creas que resultaba fácil con el traqueteo del regional, que ahora ya no circula.

-Sacrificó las vistas preciosas del recorrido, claro...

-Como me iba a primera hora de la mañana y volvía por la noche, mucho paisaje no se veía.

-¿Hay que disciplinarse mucho para aprovechar académicamente un viaje en tren?

-Intentas organizarte. Si empiezas en octubre y los exámenes son en enero, tratas de dedicarle, al menos, una hora al día. Yo iba preparando la asignatura en noviembre, y en diciembre me ponía a estudiar con vista a los exámenes.

-Y si el tren se retrasaba, mejor que mejor, tiempo para el estudio. ¿O no?

-Es un problema si llegas tarde a trabajar. Pero al volver en el regional, si se tiraba media hora parado en una estación, era media hora que aprovechaba.

-¿Se emocionó en el acto de entrega del premio?

-Fue emotivo, sí. Además, vinieron mis padres, hacía muchos años que no estábamos en Madrid haciendo turismo.

-¿Le sacará partido profesional a la economía también?

-En lo profesional ya la he utilizado en los últimos meses. En lo personal, nunca está de más saber un poco de economía para movernos por el mundo adelante, aunque solo sea para ir al banco, pedir un crédito... Gracias a Dios, no tengo hipoteca, pero está bien saber lo que firmas en una de las decisiones más importantes que tomas en la vida.

-¿Ha parado de estudiar?

-Ahora sí. Cuando terminé, el año pasado, dije que necesitaba descansar. Al principio empiezas con muchas ganas, pero, según pasa el tiempo, te apetece terminar. Han sido ocho años.

-¿En los estudios a distancia, cuál es la clave para no acabar abandonando?

-Lo principal es estar convencido. La estadística dice que comenzamos muchísimos y después del primer año la matrícula baja. Y saber organizarse el tiempo.

nacho.miras@lavoz.es