Como se preveía, el 2011 ha sido un mal año gastronómico para España, que baja de nivel en la máxima categoría, las tres estrellas que concede la casa francesa, pasando de siete a cinco locales con tal distinción. El Bulli de Ferran Adrià desaparece del mapa al convertirse en fundación. Más traumática, si cabe, es la caída de nivel de El Racó de Can Fabes, que perdió este año a su chef, Santi Santamaría, fallecido de un infarto. A este máximo peldaño gastronómico no se sumará en el 2012 ningún otro local de restauración.
Por eso las grandes novedades hay que buscarlas en el segundo nivel, las dos estrellas, con cuatro incorporaciones que en realidad son tres, pues una de ellas es el propio Can Fabes. Los triunfadores de la nueva guía son El Club Allard y Diverxo, en Madrid, y Àbac, en Barcelona. Se da la circunstancia de que el primero era el único, junto con Casa Solla, que había sido nominado para recibir el segundo distintivo.
España gana 16 nuevas estrellas y pierde 17, aunque el número de restaurantes con premio sube de 139 a 141. Con todo, el país pierde hegemonía y en el 2012 será superada en locales de hostelería con tres distintivos, por Italia (7).