El científico que engañó al mundo anuncia que ha clonado coyotes

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Woo-suk, el falso creador de embriones humanos, vuelve a escena

18 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Hwang Woo-suk se resiste a abandonar los focos. El científico surcoreano que engañó al mundo en el 2004, bendecido por la revista científica Science, al anunciar la primera clonación de embriones humanos, intenta regresar del infierno al que había sido arrojado por la comunidad científica internacional, tras comprobarse la falsedad de su investigación, con un nuevo hallazgo con el que pretende recuperar el crédito perdido. Desplazado de su puesto en la prestigiosa Universidad de Seúl y marginado por sus colegas encontró acomodo, tras años de calvario y marginación, en el Instituto Suam Bioscience, un centro menor desde el que ha anunciado su nueva, y en su caso supuesta hasta que un comité independiente avale sus resultados, contribución a la ciencia: la clonación de ocho coyotes o chacales americanos en peligro de extinción. Para ello ha transferido, por primera vez, el núcleo de células adultas de la especie a óvulos de un perro común.

Hwang no fue, en esta ocasión, el protagonista del anuncio, sino que fue el Gobierno de la provincia de Gyeonggi, que ha patrocinado el trabajo, el encargado de dar la cara, aunque en la presentación pública también aparece el polémico veterinario con sus colegas exhibiendo los animales que han logrado crear a partir de la técnica de transferencia nuclear, la misma que utilizó Ian Wilmut en 1997 para dar a luz a la oveja Dolly y con la que también se han clonado perros, gatos, vacas, toros y una amplia fauna animal.

Con sus antecedentes, el trabajo de Woo-suk será sometido a un minucioso escrutinio por parte de la comunidad científica, aunque en este caso no parece probable que se haya cometido un fraude. Primero, porque tiene poco que perder en su nueva apuesta científica y mucho por ganar, aunque su reputación probablemente nunca pueda recuperarla. Y, segundo, porque en su formación como veterinario sí ha acreditado un prestigio en la clonación de animales. Fue, de hecho, el creador del primer perro clonado, Snuppy, que vio la luz en el 2005 en un logro que fue confirmado por expertos independientes.

Hwang fue elevado en el 2004 a los altares de la ciencia mundial y convertido en un héroe nacional en su país. Pero en menos de un año, y ante la insistencia de los rumores sobre sus prácticas científicas, un comité de expertos de la Universidad de Seúl sacó a relucir sus vergüenzas. Según su dictamen, el veterinario inventó y manipuló deliberadamente los datos para hacer creer que había clonado embriones humanos de los que había logrado derivar líneas celulares. Y, encima, había pagado para obtener los óvulos, una práctica ilegal por la que fue condenado a dos años de cárcel, aunque nunca ingresó en prisión. Pagó su culpa con una larga depresión.