Es tiempo de sequía y tenemos a los micófilos y micófagos gallegos bastante preocupados. No es para menos. Los hongos necesitan humedad para que esos frutos tan variopintos surjan misteriosamente e inunden los bosques de color. Sin la lluvia, los micelios -parte vegetativa del hongo- permanecen en estado de resistencia y espera, llegando a enfermar de verdadero estrés. La experiencia nos dice que puede perderse parcialmente la campaña de recogida de setas de este año y, como mal menor, pueden aparecer después de algunos días de lluvia, pero con escaso tamaño y en menor cantidad. También la necesaria biodiversidad, como saben los miles de escolares que participaron en Voz Natura, se ve afectada por la falta de esos seres pertenecientes al reino fungi, tan necesario para el equilibrio de la naturaleza.
El Grupo Micológico Galego viajó hace unos días a la zona de Chandrexa de Sil, un lugar privilegiado con fantásticos micotopos, y hemos comprobado la inquietante escasez de especies y la falta de tamaño de los individuos viejos.