El gallego Iván Prado capitanea el Festiclown Palestina

EFE

SOCIEDAD

Un ejército de 40 payasos participarán, a partir de mañana, en un festival que durante dos semanas llenará de sonrisas las plazas, colegios y centros sociales palestinos.

31 ago 2011 . Actualizado a las 20:56 h.

«Patch» Adams, Leo Bassi y el gallego Iván Prado son algunos de los 40 payasos que participarán desde mañana en el Festiclown Palestina como reclutas de «un ejército de narices rojas contra la ocupación israelí». Hasta el próximo día 11, plazas, colegios y centros sociales de las ciudades de Naplusa, Jerusalén oriental y Ramala serán escenario de decenas de actuaciones de circo, clown y risoterapia.

El festival continuará hasta el día 15 con Formaclown, una serie de talleres y espectáculos en distintos hospitales y campos de refugiados del territorio ocupado de Cisjordania. «Queremos que durante dos semanas los palestinos puedan sustituir la tensión por alegría y disfrutar de un festival al nivel de los de otras partes del mundo. Dos semanas en que las bombas sean de nata y los muertos sean de risa», afirma su director, el gallego Iván Prado, en el campo de refugiados de Shuafat, próximo a Jerusalén. Prado ha pasado mes y medio en la zona preparando el Festiclown, que define como una «aventura» y un «sueño hecho realidad» en el lugar del mundo «donde es más necesario».

Se trata de la primera ocasión en la que el Festiclown sale de Galicia, aunque el salto al exterior, pergeñado en el 2009 en una caravana solidaria de Payasos en Rebeldía -el colectivo gallego que dirige Prado- estaba previsto para el año pasado. El Festiclown se topó, sin embargo, con los servicios secretos israelíes, que impidieron a Prado entrar a Israel por «sospechas» sobre sus «vínculos con organizaciones terroristas palestinas». El clown gallego cree que esta vez ha entrado sin problemas porque su caso «recibió bastante atención mediática» y dejó a Israel en mal lugar. Ahora ya está todo preparado para que 20 compañías internacionales, de países como España, Argentina, Chile, Estados Unidos o Portugal, llenen de sonrisas las calles palestinas.

El plato fuerte es el estadounidense «Patch» Adams, generalmente conocido como El médico de la risa, en un cartel que completan, entre otros, el controvertido Leo Bassi, la acrobática Kanbahiota trup o la chilena Bandita Alegre. Además de Circ Bover, Mago Teto, Javi Javichi, Peter Punk y La poet compagnie, así como las locales Escuela Palestina de Circo y Pequeño Circo de Naplusa. «Creo que cualquier artista de circo estaría contra la ocupación y el muro porque nuestra tradición itinerante va en contra de fronteras y muros y es una metáfora de la multiculturalidad», señala Prado tras dirigir un taller de expresión corporal en el que instaba a jóvenes palestinos a subirse a una silla y gritar su sueño. Los más tímidos musitaban una palabra y se apartaban cuanto antes de la atención del grupo, mientras que los más atrevidos saltaban con fuerza al grito en árabe de Libertad, Palestina o Esperanza.

El Festiclown Palestina tiene un coste de unos 110.000 euros, de los que 40.000 han sido aportados por la Agencia de Cooperación Española y el resto se sufraga con beneficios obtenidos por Prado en anteriores espectáculos en España con su Cooperactiva cultural. Prado justifica que el evento no incluya el territorio israelí en que supondría complicar aún más un proyecto que ya de por sí requiere mucha energía y logística, por lo que era necesaria centrarse en «los que más lo necesitan». No obstante, no ve con malos ojos una iniciativa similar dentro del Estado judío porque «los verdugos son víctimas y los carceleros acaban siendo presos». «Cuando no puedes con el tanque, puedes con el corazón que hay dentro del tanque», ilustra antes de manifestar su esperanza de que, al menos en las dos próximas semanas, «la risa y la diversión se mezclen en Palestina con un mensaje de futuro».