Ningún Gobierno ha sabido hacer frente a la epidemia de la obesidad

manuel allende LONDRES / CORRESPONSAL

SOCIEDAD

«The Lancet» advierte de que en el 2050 el 60% de los hombres serán gordos

27 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Es la nueva epidemia del siglo XXI y tal es su implicación a nivel mundial y tan dramáticas las consecuencias médicas y sociales que la revista médica The Lancet, de referencia mundial, dedica su último número a la plaga de la obesidad. El trabajo, dividido en cuatro partes y elaborado por siete investigadores, coincide con la reunión que celebrará el próximo mes la Asamblea General de la Naciones Unidas sobre enfermedades no transmisibles. Muchos países pueden ser excelentes ejemplos en la lucha contra este tipo patologías, como el tabaquismo, el colesterol alto o la hipertensión, pero ningún Estado es ejemplarizante en la reducción de sus niveles de obesidad o de la diabetes tipo 2 asociada a este estado. Esta es la conclusión de la comunidad científica.

«En el 2008 había 1.460 millones de seres humanos con sobrepeso y 502 millones obesos», explica The Lancet. Y, lo que es más dramático, «170 millones de niños menores de 18 años están clasificados como obesos, lo que representa en algunos países más del 25 % de toda la población en ese rango de edad, y más del doble desde el inicio de esta epidemia [años setenta y ochenta]». Para el 2050, el 60 % de los hombres y el 50 % de las mujeres serán obesos.

Esta epidemia es responsable de entre el 2 y el 6 % del gasto sanitario de los países por los trastornos asociados, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, una situación insostenible para el año 2030. Aunque las causas de muerte asociadas con la obesidad por enfermedades cardiovasculares se han reducido en los últimos cuarenta años, en el futuro esta tendencia será inversa como consecuencia de las muertes causadas por la diabetes tipo 2.

Una de las conclusiones del estudio es que «el incremento simultáneo de la obesidad en casi todos los países fue consecuencia de los cambios en el sistema global de alimentación, que producía comida más procesada, más barata y de más fácil acceso que con anterioridad».

The Lancet concluye que la mayoría de las medidas para luchar contra la obesidad deben proceder de los Gobiernos, como la prohibición de promocionar comidas poco sanas entre niños, pero asegura que otras también deben proceder de la industria alimentaria.