El mercado de segunda mano funciona muy bien en este sector. Entre la caravana, la autocaravana y la furgoneta, la primera es la más asequible, con ofertas para todos los bolsillos. Al carecer de motor, el mantenimiento es menor, así como también el seguro. Más barato todavía resulta comprarse un carro-tienda, un remolque que se convierte en una tienda de campaña y que es mucho más fácil de llevar enganchado al coche. Claro que la comodidad no es la misma.
La autocaravana de Jacobo y Bibiana dispone de placas solares, de manera que se convierte en un vehículo plenamente autónomo. Cualquiera de las modalidades implica, eso sí, que los habitantes tienen que llevarse bien. «No hay adónde huir, no te puedes esconder -dice Pilar desde su furgoneta-, viajar de esta manera es un desafío a la convivencia». La experiencia es, en cualquier caso, inolvidable y adictiva.