«En dependencia hay que saber qué hace falta y en qué zonas»

Gestión de servicios de atención a la dependencia en tiempos de crisis. El reto de la sostenibilidad. Bajo este título, Raquel Calatayud, directora de servicios y relaciones institucionales del Grupo BBS y con una trayectoria de más de doce años en el sector de los servicios de atención a la dependencia, trató de arrojar ayer un poco de luz a diversos profesionales del gremio para vislumbrar cuál es la situación actual de la ley que la regula.

-¿Cuáles son los puntos débiles de la ley de dependencia?

-La ley atraviesa un período de crisis porque las prestaciones fueron diseñadas en su momento, y en ellas se incluyeron la prestación vinculada al cuidador no profesional y la prestación de dinero, que la ley explícitamente define como excepcional y que no lo está siendo. Y esto va muy unido a otro gran aspecto que es quizás el talón de Aquiles de la ley, la falta de financiación.

-¿De ahí vienen los atrasos en el pago de las prestaciones?

-Hubo una reestructuración de un aspecto de la ley de dependencia que es importante y lo que hace es recortar el tiempo sobre el que pueden pedir los atrasos. Ahora es a partir del momento en que el dependiente es valorado, con lo cual la Administración ha ganado unos meses que antes no tenía.

-¿Cómo podría enfocarse la reforma de la ley?

-Aquí lo ideal sería hacer como se está haciendo en otras comunidades, que existiese una programación territorial de la Administración y que fuese la Administración la que determinara en este sector qué hace falta y en qué zonas, en un marco claro de colaboración público-privada en que se defina muy bien dónde están las necesidades. Ese mensaje de que hacen falta plazas se repite constantemente, pero a la hora de la verdad no es cierto. Sí que hay plazas, pero hay plazas que no son de financiación pública y que no están al acceso de la gente que las está buscando.

raquel calatayud directiva del grupo BBS

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