Voz Natura se refuerza como la fiesta de la ecología de Galicia

redacción / la voz

SOCIEDAD

Una multitud llegada de toda la comunidad acudió al cierre del curso

05 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El sol acudió fiel a su cita con la fiesta del medio ambiente de Galicia. En una jornada calurosa y despejada, una multitud formada por niños, padres y muchos abuelos abarrotó ayer el parque de Acea de Ama (Culleredo) para participar en la clausura del curso del programa Voz Natura, impulsado desde hace catorce años por la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre y que cada año cobra nuevos bríos para convertirse en un auténtico referente en España.

Los niños y sus familias renovaron un compromiso con el respeto a la naturaleza que quedó acreditado a lo largo del año con la participación en las actividades de más de 45.000 escolares de toda la comunidad, 272 centros de enseñanza y cerca de 3.000 profesores. Fue su récord.

La llama de la ecología ha prendido y cada vez brilla más, como demostraron los ganadores del Premio Galicia, el máximo galardón que otorga la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre. En una edición del programa dedicada al agua, los alumnos del colegio de Valga (Pontevedra) llevaron a cabo un proyecto brillante, A auga, fonte de vida, en el que realizaron reforestaciones, actividades científicas, limpieza de ecosistemas, habilitación de huertos y jardines... Y, sobre todo, lograron involucrar en la iniciativa a todo el pueblo. «É un colexio pequeno, pero de grande corazón», subrayó Emilio Guillín, presentador del concurso Xiz de V Televisión, que presentó la entrega de premios junto a Loreto Silvoso, de Radio Voz. Guillín se refirió así a que una de las actividades que llevaron a cabo fue la recaudación de fondos para construir un pozo de agua para los refugiados saharauis en Tinduf. Una acción similar, pero para Etiopía, la impulsó el colegio Cervantes de Lugo.

La entrega de premios se cerró con una actuación de magia e ilusionismo a cargo del mago Pedro Volta quien, colgado de una grúa boca abajo a treinta metros, consiguió librarse de una camisa de fuerza. Como el mismo Houdini.