El 10% de los gallegos pueden desarrollar altas capacidades

Alfonso Andrade Lago
alfonso andrade REDACCIÓN / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

La falta de apoyo educativo frena el progreso de muchos superdotados

21 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El estereotipo del superdotado lo vincula necesariamente al éxito constante, pero nada más alejado de la realidad. El fracaso escolar, e incluso el profesional, se cierne habitualmente sobre muchos de ellos, que no encuentran la manera de brillar en un sistema educativo en el que no encajan. El 3% de la población gallega -unas 81.000 personas- responde a este perfil, claro que la mayor parte de ellos ignoran que lo son. Además, el 10% de los gallegos -270.000- tienen altas capacidades, con idéntico desconocimiento.

En la Asociación de Altas Capacidades de Galicia (Asac), muy activa, hay 120 familias. «La inmensa mayoría están sin detectar -explica Xosé Tomás, miembro de Asac-, y aquí la clave es hacerlo además de una forma precoz, antes de los 6 años a ser posible».

La identificación es clave para impulsar una educación familiar y escolar adecuada que evite lo que está pasando ahora, que muchos de los jóvenes superdotados fracasan en sus estudios. Carmen Pomar, profesora de Psicoloxía en la Universidade de Santiago, explica que «a veces es un drama, porque el modo de aprender de los superdotados no encaja en las pautas habituales de enseñanza. Se aburren, se desmotivan y dejan de preocuparse por las tareas o los exámenes», que superan fácilmente cuando lo necesitan.

Una gran creatividad

El problema es que, con el tiempo, no desarrollan hábitos de estudio y empiezan a tener dificultades serias. El superdotado necesita un sistema de enseñanza abierto, multidisciplinar, «porque tiene organizada la cabeza de tal forma que no encaja con la organización curricular», añade Pomar.

La superdotación se asocia a un coeficiente de inteligencia de más de 130, una gran creatividad y una fuerte persistencia en la tarea. Pero los expertos añaden un ingrediente más: tiene que haber un aprovechamiento de todo eso para que se desarrollen las altas capacidades, y ahí es donde entra la educación, que a veces frena el progreso de muchos superdotados.