Argentina se interesa por una aplicación que analiza el ojo
17 ene 2011 . Actualizado a las 07:00 h.Informática aplicada para ayudar al diagnóstico médico. La combinación ha sido posible gracias a un programa, desarrollado por ingenieros del grupo de Visión Artificial y Reconocimiento de Patrones de la Facultad de Informática de A Coruña en colaboración con clínicos del Instituto Tecnológico de Oftalmología de Santiago y del Hospital de Conxo, que ofrece un índice de riesgo cardiovascular a través del análisis del fondo del ojo por medio de una fotografía digital. El sistema, para el que ya se ha iniciado el trámite de registro y patente, ha empezado a aplicarse mediante un convenio de colaboración con centros médicos de Sevilla y Gerona y desde Argentina también se han puesto en contacto con los investigadores para utilizarlo en el diagnóstico temprano de hipertensión.
La evaluación del fondo del ojo es una práctica recomendada en las guías de hipertensión arterial, solo que hasta ahora esta técnica se realizaba de forma manual. Es el propio médico el que mide el calibre de las venas y de las arterias para advertir de un posible riesgo, un método manual en el que se invierten más de 20 minutos y que está dominado por la subjetividad. O, lo que es lo mismo, el resultado que obtiene un experto difiere del de otro e incluso varían los resultados de las pruebas realizadas por el mismo facultativo en distintos momentos. Por eso, esta práctica había quedado relegada a un segundo plano. La nueva herramienta de análisis de la retina ofrece ahora resultados en menos de tres minutos, desde que se toma la foto hasta que el programa aporta los datos, y, lo que es más importante, son reproducibles. «Es muy importante disponer de un método como el que hemos desarrollado, en el que la medida se obtiene automáticamente, es reproducible y, además, podemos distinguir pequeñas variaciones en el diámetro de los vasos de una manera fiable. En definitiva, se suprime la subjetividad y se mejora la eficacia del método y de los resultados», asegura Francisco Gómez-Ulla, catedrático de Oftalmología en la USC y director del Instituto Tecnológico de Oftalmología.
El programa Sirius lo que hace es medir el calibre de las venas y arterias del fondo del ojo, que se clasifican de forma automática mediante una metodología avalada por los clínicos. En función de su grosor, el médico podrá determinar un posible riesgo de hipertensión. «Tenemos todo el proceso automatizado, se carga la imagen en la aplicación y, a partir de ahí, el cálculo se hace en unos segundos, en un minuto como mucho», explica Marcos Ortega, profesor de la Facultad de Informática de A Coruña.