Llega a Galicia la chinche que arrasa los pinos de Estados Unidos

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

Los expertos aún no hablan de plaga, pero alertan sobre el desarrollo masivo de una «amenaza en potencia».

27 oct 2010 . Actualizado a las 04:25 h.

Leptoglossus occidentalis es el nombre de una pequeña chinche (de uno a dos centímetros) originaria de la costa oeste de Estados Unidos. Se alimenta succionando la savia de las acículas y las piñas verdes de las coníferas, lo que reduce la fertilidad de estos árboles. En Norteamérica arrasa las plantaciones de pinos y se considera una plaga forestal difícil de erradicar por su resistencia a los insecticidas. Ataca también al ciprés y al pistacho. Es inofensiva para el ser humano, aunque desprende el olor fuerte y desagradable de las chinches.

Descrito por Heidemann en 1910, este hemíptero de la familia de las Coreidae dio el salto a Europa en cargamentos de madera transportados en barco. Fue registrada por primera vez en Italia en 1999. Múltiples introducciones la llevaron a una veintena de países, registrándose su presencia en España (Barcelona) en el 2003. A esa cita siguieron las de Jaén (2008) Madrid, Murcia, Guipúzcoa y Zaragoza (2009), y Huesca (2010).

El pasado día 19, los gallegos Javier Pérez Valcárcel y Fernando Prieto Piloña, del grupo Arquivos Entomolóxicos Galegos, localizaron un ejemplar en el domicilio del segundo, en Sanxenxo, y procedieron a su descripción en la revista Arquivos Entomolóxicos con el título Primeros registros de «Leptoglossus occidentalis» para Galicia.

Tras esa primera aparición han podido documentar más. «Estos hallazgos, alejados de las áreas más próximas de distribución ibérica conocidas hasta la fecha, apoyan la hipótesis de la expansión a partir de múltiples puntos de introducción con posteriores traslocaciones», precisa el trabajo.

Según Fernando Prieto, «en Norteamérica es causante a veces de episodios de alarma entre la población, cuando estas chinches acuden en grandes cantidades al interior de viviendas buscando lugares para invernar», lo que explica también la presencia en su casa de Sanxenxo.

Un episodio similar se produjo el año pasado en Zaragoza, con la invasión de un chalé «por cientos y cientos de insectos», según recogió el 12 de noviembre del 2009 El Heraldo de Aragón.

«Esta chinche no tiene depredadores específicos en Europa, y aunque el impacto económico y ecológico de la introducción se desconoce aún, sí requiere seguimiento su posible asentamiento, expansión y eventual desarrollo masivo, porque comienza a haber indicios en determinadas zonas», sugiere Prieto. Una idea que comparten responsables del departamento de Zoología y Antropología Física de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense, que han estudiado la chinche en Madrid con la siguiente conclusión: «Sería conveniente hacer un seguimiento por los daños que pueda ocasionar a las masas forestales de pinares, así como también el impacto económico que puede tener en plantaciones de pistacho». Plantaciones que también existen en Galicia, especialmente en Ourense, si bien la principal preocupación en la comunidad se centra en sus incontables pinares.

La Consellería de Medio Rural, consultada ayer por La Voz de Galicia, asegura que no tiene constancia de que exista esta plaga en Galicia.

«En la comunidad hay otras 22 especies de la familia Coreidae. La americana es la 23, y no sabemos aún cómo va a afectar a las coníferas ?dice Prieto?, pero no hay duda de que es un insecto invasor y una amenaza en potencia».