Los lectores de La Voz se sensibilizaron con el sufrimiento de este animal y con el lazo afectivo que ha establecido con un perro también abandonado .
04 sep 2010 . Actualizado a las 04:21 h.El teléfono del Concello de Toén no paró de sonar en toda la mañana de ayer con llamadas de particulares interesándose por la burra salvada de morir ahogada en el Miño, por el contrapeso de una piedra de grandes dimensiones atada a su cuello.
Los lectores de La Voz -que ayer contaba su historia- se sensibilizaron con el sufrimiento de este animal y también con el lazo afectivo que ha establecido con un perro también abandonado y encontrado muy cerca del lugar donde fue descubierta la burra. Al mediodía, seis personas de diversos puntos de la geografía gallega (Coruña, Ames, Viveiro, Cambados, O Carballiño) se habían ofrecido ya a acoger a ambos. El regidor de Toén, Amancio Cid, se mostraba sorprendido y agradecido por la solidaridad y apuntaba: «Ahora podemos incluso elixir o mellor fogar para eles».
De momento el veterinario les ha hecho otra revisión para certificar que no padecen ninguna enfermedad.