Mark Knopfler mostró su lado más «folkie» ante el público entregado que llenó el Multiusos de Santiago

M. B. SANTIAGO/LA VOZ.

SOCIEDAD

Cerca de 9.000 personas presenciaron ayer, en el Multiusos, la actuación del músico escocés

29 jul 2010 . Actualizado a las 04:08 h.

Cerca de 9.000 personas -casi el aforo completo dispuesto para el concierto- presenciaron ayer, en el Multiusos de Santiago, la actuación del músico escocés, enmarcada dentro de la gira europea de presentación de su último trabajo discográfico, Get Lucky . El precio de las entradas de este concierto respaldado por el Xacobeo 2010 -48 euros anticipada y 53 en taquilla- no fue un obstáculo para los miles de seguidores que el ex líder de la mítica banda Dire Straits tiene en Galicia.

Tranquilo y pausado, sin apenas levantarse del taburete -al parecer el músico y compositor británico tiene problemas con su columna- pero haciendo gala de su magistral técnica con la guitarra, Knopfler ofreció dos horas de música en las que interpretó unas catorce canciones que hicieron las delicias de sus fans. Fueron dos horas en las que el guitarrista, recién cumplidos los 60 años, disfrutó sobre el escenario de la serenidad que otorga la madurez.

Feijoo entre el público

El público, entre el que estaba el presidente de la Xunta con su novia y el conselleiro de Cultura, correspondió entregándose y coreando algunas canciones. Los temas de su nuevo álbum, que ayer regaló al auditorio del Multiusos do Sar son todo un recorrido vital, una especie de mapa de su vida, según el mismo artista lo definió, sobre historias de gente corriente, personas que en algún momento le inspiraron. Por eso mismo, el concierto de ayer fue también una hermosa exploración por las raíces musicales de toda su vida, con un sonido que le retrotrae al Glasgow de su infancia, con una combinación fluida de folk y blues.

Mark Knopfler abrió, con diez minutos de retraso, el concierto con Border Reiver y lo cerró con Piper to the End -inspirada por un gaiteiro fallecido en combate-, que son justo las dos canciones con las que empieza y termina su último trabajo discográfico. El concierto, tal vez por esa vuelta a las raíces, mostró al Knopfler más folkie y menos roquero, incluso con alguna canción sazonada con gaita, como Done with Bonaparte . La presencia en la formación del destacado flautista y gaiteiro escocés Michael McGoldrick era ya todo un indicio de por dónde iban a discurrir los sonidos en la noche de ayer.

Y discurrió todo un repertorio de baladas en el que la interpretación de Sultans of Swing fue el momento álgido del concierto, junto con los cinco temas de Dire Straits que regaló: el mencionado Sultans of Swing y otros como Romeo and Juliet , convertidos en los momentos más emotivos para los 8.500 seguidores. Muchos esperaban un Knopfler más roquero, en la línea Dire Straits, pero el músico está en plena madurez, una madurez tranquila y sensible.