Solo 8.000 fans podrán ver a Jarre

M. Cheda SANTIAGO/LA VOZ.

SOCIEDAD

El Xacobeo reduce por seguridad a dos tercios del anunciado el aforo del Obradoiro para el concierto del día 31

29 jul 2010 . Actualizado a las 02:38 h.

Redondeando, la mitad de las 15.000 que el sábado presenciaron en esa misma plaza los fuegos del Apóstol, un 38,5% menos de las 13.000 que habían asistido, también allí, al frustrado recital de Serrat y Sabina en julio del 2007... A Jean Michel Jarre podrán verlo en directo pasado mañana en el Obradoiro solo 8.000 personas, las cuales equivalen a apenas dos tercios de las 12.000 provisionalmente anunciadas hace 29 días, durante una rueda de prensa convocada para presentar el espectáculo que uno de los padres de la música electrónica prevé brindar en Santiago.

En el contexto de una opinión pública todavía conmocionada por la tragedia de la Love Parade de Duisburgo (Alemania), que de momento contabiliza 21 muertos, los directivos de la Sociedade Anónima de Xestión do Plan Xacobeo, ya prudentes de por sí, han preferido reducir el aforo del recinto antes de incurrir en riesgos que tal vez luego hubiesen de lamentar. De igual modo, no permitirán que accedan más de 25.000 espectadores a ninguno de los festivales que el 27 de agosto y el 5 de septiembre promoverán en el auditorio del Monte do Gozo, cuyo límite habitual supera en un 20% el aprobado para este verano (5.000 sitios extra).

Además de esgrimir esos motivos de seguridad, la empresa que elabora la programación del año santo justifica su última decisión en este campo apelando a las «enormes» dimensiones del escenario que Jarre montará. No obstante, a través de una portavoz, ayer matizó: «Aunque no variará mucho, la cifra de 8.000 es aproximada porque hasta el día de la actuación no sabremos exactamente el público».

Tampoco sabe aún a partir de qué hora los fans del francés podrán apostarse en el Obradoiro la tarde del 31 de julio para garantizarse un hueco en el recital. Gratuito, y de inicio previsto a las diez y media de la noche, para entrar no será preciso retirar antes invitación. Simplemente, cuando se llegue al tope del público prescrito, la plaza quedará cerrada. De controlar el acceso se ocupará la Policía Local, mientras que la seguridad interior la asumirá la Xunta.