El Papa quiere ensalzar en Santiago el Camino como «símbolo de Europa»

La Voz REDACCIÓN/LA VOZ.

SOCIEDAD

Ratzinger se despide de Portugal conminando a los católicos a que se conviertan en publicistas de la Iglesia

15 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Vaticano trabaja ya en la preparación de la visita que Benedicto XVI realizará el 6 de noviembre a Santiago. Antes, Chipre y el Reino Unido se convertirán en los escenarios de la misión del Papa, que ayer puso fin en Oporto a su gira de cuatro días por Portugal, donde la propia Iglesia católica considera que Joseph Ratzinger ha logrado transformar la imagen distante y fría que puede proyectar por una «más familiar, gentil y amiga».

El Papa buscará un efecto similar en la breve estancia que mantendrá en otoño en Galicia. Federico Lombardi, portavoz del Pontífice, indicó a preguntas de La Voz de Galicia que el Vaticano quiere ensalzar y rendir tributo al Camino de Santiago, «como símbolo de la peregrinación que es, no solo de España sino también de Europa».

Pero además de intentar hacer más cercana su imagen y respaldar presencialmente los iconos del catolicismo, los próximos viajes del Papa estarán cargados de la misma preocupación que mostró en Lisboa, Fátima y Oporto. El Gobierno vaticano no lo oculta. «La Iglesia atraviesa grandes dificultades internas y externas», apuntó Lombardi, el interpretador oficial ante los medios de comunicación de los gestos y palabras papales.

Benedicto XVI centró por ello su último mensaje en tierras lusas en pedir sin ambages a los creyentes que se conviertan en auténticos publicistas del catolicismo. «Es necesario que os convirtáis conmigo en testimonios de la resurrección de Jesús», dijo ante las 150.000 personas que ayer llenaron la avenida de los Aliados, de Oporto. «Tenemos que vencer la tentación de limitarnos a lo que tenemos, o creemos tener seguro: eso sería para la Iglesia morir a plazos», señaló el Pontífice, que en la más de una docena de intervenciones que mantuvo en esta gira mezcló mensajes claros y directos con la liturgia religiosa.

Advertencias y encargos

Ratzinger insistió en que la sociedad está cambiando sus valores. «En estos últimos años se alteró el cuadro antropológico, cultural, social y religioso de la humanidad», dijo. Pero como suele hacer en sus discursos, el Papa, tras la advertencia y la crítica, apunta a los suyos una salida a seguir.

Para él, los cambios pueden ser aprovechados para «convertirnos en misioneros en las tierras distantes, los pueblos no cristianos y en distintos ámbitos socio-culturales».

No hubo alusión expresa alguna, sin embargo, a los conflictos generados por los religiosos que han protagonizado abusos de menores y que ayer llevó a la Iglesia católica de Vermont (EE.?UU.) a aceptar pagar casi 18 millones de dólares en indemnizaciones a 26 ex monaguillos por casos registrados en los años setenta. El Papa solo se refirió a la cascada de denuncias desde el aire antes de aterrizar en Lisboa, aunque para sorprendentemente relacionarlas con el último misterio de Fátima y su profecía de una Iglesia cuestionada.