Los investigadores predoctorales se ven obligados a tirar de ahorros para subsistir en sus destinos
11 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Juan Ramón y Vanesa no se conocen, pese a que están realizando el doctorado por la Universidade de Santiago. Su trabajo los ha llevado a estar separados por miles de kilómetros de distancia, pero tienen una historia común, al igual que otros treinta investigadores españoles repartidos por todo el mundo: todos son poseedores de una exigente beca predoctoral de formación de profesorado universitario y se han ganado por sus méritos una estancia de formación en el extranjero financiada por el Ministerio de Educación.
Y también tienen un problema común: el Ministerio de Educación mantiene bloqueada la ayuda suplementaria que por ley tienen que recibir los jóvenes científicos para desarrollar su formación en otro país.
O lo que es lo mismo, se ven obligados a recurrir a sus ahorros o a sus familias para costearse la estancia en países con un coste de la vida superior al de España, ya que solo subsistirían con los menos de mil euros que recibirían por la beca si estuviesen en España.
El ministerio alega que es la universidad la que tiene que adelantar el dinero de la ayuda suplementaria, mientras que la institución académica esgrime que no puede hacerlo mientras no se publique de forma oficial en el BOE la lista definitiva de beneficiarios, algo que debería haberse hecho, como muy tarde, a finales del pasado año. La situación real, al final, acabó por ser admitida en un correo que la jefa de servicio de Formación del ministerio acabó remitiendo a la USC. «Esta propuesta de resolución -recoge el texto- para concesión de los traslados está parada, no es que tenga ningún problema, sino que no quieren tramitar todavía nada del presupuesto del 2010».
El problema es más peliagudo para aquellos investigadores que, como Juan Ramón Raposo, iniciaron su estancia en enero. En su caso, en Estados Unidos. «Todo esto ocurre -se lamenta- mientras el Gobierno se llena la boca diciendo que va a aumentar el gasto en I+D+i. Y no solo no lo aumentan, sino que ni siquiera pagan las becas y programas ya establecidos porque dicen que no tienen dinero».