La solidaridad de vivir entre rejas

Ana de Antonio

SOCIEDAD

La Asociación Gallega de Trasplantes recorrerá este año las cárceles de la comunidad para encontrar donantes

30 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los condenaron a pasar parte de su vida entre rejas, están encarcelados por algún motivo que en esta historia poco importa. Les han pedido ayuda y se han prestado a hacer algo por personas a las que nunca conocerán. Los presos de Galicia demostraron esta semana que ellos son solidarios, más incluso que otros colectivos.

Así de claro se lo dejaron a los miembros de la Asociación Gallega de Trasplantes Airiños durante una charla informativa que tuvo lugar en la prisión de A Lama, en Pontevedra. La entidad acudió con la intención de concienciar a los presos de la necesidad de que existan personas con ganas de donar sus órganos, pues uno solo puede salvar hasta siete vidas y mejorar la calidad de otras tantas.

Lo dijeron bien alto ante el centenar de presos que acudieron voluntariamente a la cita. Al concluir la charla, el 30% se acercaron a los ponentes para solicitar el carné de donante, una cifra que contrasta con el menos del 2% que se animan tras otras convocatorias similares en institutos, asociaciones o clubes, según relata el presidente de la entidad gallega, Abelardo Sánchez, que hace siete años salvó su vida gracias al hígado de algún solidario.

La asociación Airiños aglutina a 200 trasplantados, la mayoría de hígado y pulmón. Nació a comienzos de siglo y desde entonces ha tratado de difundir lo importante de hacerse donante. Si esta vez ha decidido hacerlo en las cárceles de Galicia es porque «suponíamos que serían solidarios», explica Sánchez. Lo afirma, primero, por intuición, y segundo, «porque leímos en Internet artículos escritos por presos y dedujimos que en su interior hay personas solidarias».

Reinserción social

Representan un colectivo marginado al que «hay que atender». Al fin y al cabo, la donación de órganos puede entenderse como «un paso más hacia la reinserción social».

Cada vez son más necesarios los portadores del carné, más aún teniendo en cuenta que los posibles donantes son solo el 3% de los fallecidos. De estos casos, cerca del 30% de las familias se niegan. Si a esto unimos la eficacia que están teniendo las precauciones al volante -los accidentes de tráfico como motivo de la muerte han pasado de estar en casi un 20% de los casos en el 2000 a solo un 7%­-, queda claro que la asociación gallega tiene por delante un duro trabajo de concienciación.

Lo primero es la salud

Airiños recorrerá todas y cada una de las cárceles de Galicia a lo largo de este año. Pero no solo para pedir órganos, sino también para evitar que algún día otro paciente tenga que llamar desesperado a la asociación pidiendo ayuda para encontrar a un donante. «Queremos evitar que se tenga que llegar al trasplante».

Para ello, los miembros de Airiños repiten los consejos de salud más básicos y recuerdan a todos los que quieran escucharlo que una buena forma de no tener que cruzarse con la asociación es no fumar, controlar la ingesta de alcohol, decir no a las drogas, cuidar la alimentación y hacer algo de ejercicio; nada nuevo.