La promoción al cuadrado ya es una tradición

SOCIEDAD

26 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Si las cifras oficiales se aproximan a la realidad, más de sesenta mil personas, entre profesionales del sector, periodistas y simples curiosos, incluyendo los cientos de jubilados que, carrito en ristre, recogían pósteres «para los nietos», han visitado estos últimos días el estand de Galicia en Fitur, la feria internacional de turismo que se celebra anualmente en Madrid. Esta afluencia supone la cuarta parte del total de visitantes que recorrieron durante cuatro días las instalaciones de Ifema, un porcentaje algo bajo sobre todo si se compara con el 60% que se acercaron a los puestos de Andalucía y si se tiene en cuenta que Galicia este año era, a priori, una de las grandes atracciones debido a la celebración del Xacobeo.

Claro que Andalucía tenía un pabellón para ella sola, lo mismo que Valencia y, prácticamente, Cataluña, en tanto que Galicia quedaba relegada a una presencia de segunda fila, puesto que Canarias se había hecho con la zona de entrada y los nuestros quedaban emparedados por Asturias, que vendía con grandes carteles su participación en el Camino de Santiago, y Castilla-León con un interesante montaje ambientado en las primeras décadas del siglo pasado. El estand gallego, sin ser de los más pequeños, era discreto, como estando pero sin querer estar demasiado. De hecho, y salvando las distancias, la apuesta de la Costa da Morte, agrupada en la asociación Neria, era mucho más calurosa que la minimalista del Xacobeo.

Quizás los tiempos han cambiado y este tipo de ferias de las que se decía que quien no está no existe, cumplen un papel secundario en la promoción turística. Es posible, porque una azafata de Andalucía que hacía encuestas sobre su estands a los visitantes, reconocía que, según la mayoría de los consultados, el principal motor publicitario del turismo en su comunidad son, con diferencia, las cortinillas que se emiten en televisión. Pero los expertos en organización de eventos como Fitur recuerdan que el que va allí, y paga por ello, debe entregarse al máximo. En cualquier caso, y no nos referimos necesariamente a Galicia, Fitur cumplió un año más uno de sus objetivos básicos: la promoción de la promoción, o promoción al cuadrado. Es decir: se monta un estand para potenciar el turismo de una comunidad y el político de turno lo aprovecha para promocionarse él mismo, en ruedas de prensa a las que solo van medios de su comunidad.