Rouco recuerda a los curas casados que tienen prohibido decir misa

Miguel Lorenci

SOCIEDAD

El presidente del episcopado cierra cualquier posibilidad de retomar el viejo debate sobre la supresión del celibato sacerdotal.

25 sep 2009 . Actualizado a las 22:15 h.

Los sacerdotes que hayan optado por la secularización y el matrimonio no pueden administrar sacramentos, y por tanto están incapacitados para decir misa.

Lo recuerda el cardenal arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela, que vuelve así a dar cerrojazo a la posibilidad de abrir el antiguo debate sobre la supresión del celibato sacerdotal.

En una nota difundida «con el fin de evitar la confusión de los fieles» el prelado recuerda que la Iglesia «prohíbe expresamente ejercer el ministerio sacerdotal y, por tanto, celebrar la Santa Misa así como los demás sacramentos a los sacerdotes secularizados o que han contraído matrimonio, abandonando así sus compromisos sacerdotales».

El propio Rouco Varela aclara que su intención es salir al paso de algunas declaraciones recientemente «realizadas en medios de comunicación de amplia difusión acerca de la situación eclesial de los sacerdotes secularizados o que han contraído matrimonio».

Se refiere el cardenal a un reportaje emitido recientemente por TVE en el que se recogía el testimonio del cura obrero Julio Pérez Pinillos, casado desde 1977, padre de tres hijas, pero que ni colgó los hábitos ni dejó de celebrar la Eucaristía. Pérez Pinillos pertenece al Movimiento pro celibato opcional (Moceop), un colectivo que agrupa a muchos de los curas casados que siguen ejerciendo e impartiendo sacramentos en parroquias de todo el país.

Según los datos manejados en ese informe, dos de cada diez curas españoles están casados o secularizados, lo que colocaría en esta situación a 5.500 sacerdotes, el 20% del total. Algunos cálculos apuntan a que en todo el mundo los curas casados podrían llegar a los 150.000.

El debate sobre la suspensión del celibato obligatorio es recurrente y se viene planteando desde los tiempos del Concilio Vaticano II. Hace casi medio siglo que algunas encuestas apuntaban que la mayoría de los seminaristas españoles y de la opinión pública eran favorables a que los religiosos tengan derecho a contraer matrimonio. Ahora los ciudadanos a favor de que los curas puedan casarse y el celibato sea una opción y no una imposición llegan al 80%.

Vigilante

Rouco destaca que la archidiócesis de Madrid se mantiene vigilante y que «cuando se verifica esta situación, las autoridades eclesiásticas comunican inmediatamente dicha prohibición al interesado». No se refiere al caso de Pérez Pinillos

-que asegura en el reportaje que nunca se le ha prohibido decir misa pero que sí le han reclamado «ciertas cautelas»- y precisa que en el arzobispado de Madrid «no tenemos constancia de que ningún sacerdote que se encuentre en esa situación celebre los sacramentos en alguna iglesia o lugar de culto».

Recuerda Rouco, invocando al Papa, que 2009 es «Año Sacerdotal» y aspira a que esta circunstancia «suscite en cada presbítero un generoso y renovado impulso de los ideales de total donación a Cristo y a la Iglesia, condición esencial para ejercer responsablemente el ministerio sacerdotal».