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El primer ministro británico, Gordon Brown, pedía disculpas póstumas al matemático Alan Turing, por «el trato inhumano» al que se le sometió cuando se hizo público que era homosexual hace 57 años. Fue castrado químicamente y se le prohibió trabajar con el Gobierno. A Turing se debe gran parte del éxito de los aliados frente a los nazis al lograr descodificar su sistema de mensajes encriptados.
Turing, considerado por la revista Time como una de las cien personas más importantes del siglo XX, fue acusado en 1952 de mantener relaciones sexuales con un hombre. En aquel momento el establishment británico, hipócrita y victoriano, olvidó que este matemático no solo logró descifrar los mensajes creados por la máquina alemana Enigma, sino que también se le considera como pionero de la inteligencia artificial y de los ordenadores actuales.