Cohen resumido en seis canciones

SOCIEDAD

El repertorio del músico canadiense está repleto de referencias que alimentan el debate entre sus fans. Muchos artistas han caído en su embrujo y lo han versionado

13 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El crítico musical Jesús Llorente escribió en una ocasión que las grandes canciones no eran aquellas que al terminar tenías ganas de escucharlas de nuevo. No, según Llorente, las grandes canciones son aquellas que nunca se terminan de escuchar del todo. Como Bob Dylan, Ian Curtis (Joy Division) o Michael Stipe (REM), Leonard Cohen posee varias de esas piezas que se van pelando como capas de una cebolla infinita. Por mucho que se escuchen, siguen revelando sorpresas a cada detalle. Hablemos de algunas de ellas.

«Suzanne» (1968)

Incluida en Songs Of Leonard Cohen, para muchos supone la cima del artista. Se trata de una preciosa oda al amor callado y embriagador que profesaba por Suzanne Verdal, la mujer de un amigo suyo, el escultor Armand Vaillancourt. Cuando los visitaba, ella servía, tal y como recoge la letra, «te y mandarinas» en «su escondite al lado del río» -se refiere al Saint Lawrence, en Montreal-. Los versos, llenos de evocaciones, llegan a su culmen cuando dice «haber tocado su cuerpo perfecto con la mente». La cantante Juddy Collins la dulcificó años después en una exitosa versión.

«So Long Marianne» (1968)

Compañera de Suzanne en el primer álbum del músico, So Long Marianne es una de las piezas en las que más se puede ver la influencia de Bob Dylan, especialmente en su fraseo irregular y altisonante. La canción recoge la ruptura con Marianne Jensen con un imaginería poética deslumbrante. «Todas tus cartas dicen que estás a mi lado ahora / entonces, ¿por qué estoy solo ahora? / Permanezco sobre esta repisa y tu fina tela de araña está amarrando mi tobillo a una piedra».

«The Partisan» (1969)

Muchos conocieron a Cohen por esta adaptación de un tema de la resistencia francesa de la Segunda Guerra Mundial. En ella Emmnuel D'Astier de la Vigerie y Anna Marly denunciaron la barbarie fascista. En los años cincuenta se hizo popular en los países de habla francesa como Canadá. Apareció en su segundo álbum, Songs From A Room y se convirtió en un himno pacifista interpretado por artistas como Joan Baez o Buffy Saint-Marie.

«Hallelujah» (1984)

Posiblemente se trate de la composición más versionada de Leonard Cohen. De entre todas esas lecturas, sobresale la de Jeff Buckley (basada en una revisión previa de John Cale) que eleva a lo lírico una pieza magistral, que continuó Rufus Wainwright en la banda sonora de Sherk. Aquí las grietas de una pareja navegan entre símbolos religiosos. Cohen dijo en una ocasión que la canción habla de llegar al punto de madurez en el que se acepta que todo tiene un lado bueno y uno malo. Le llevó un año terminarla. Cuando se lo explicó a Dylan este rió y contestó: «Yo hice Just like a Woman en 15 minutos».

«First, We Take Manhattan» (1988)

La canción que abre el controvertido I´m Your Man muestra a las claras al nuevo Cohen. Las reminiscencias a Kraftwerk son claras. El dramatismo a lo Pet Shop Boys, más aún. Y la letra da lugar a todo tipo de interpretaciones: «Me sentenciaron a veinte años de aburrimiento / por intentar cambiar el sistema desde dentro / ahora vengo, vengo a recompensaros / Primero tomaremos Manhattan. Luego Berlín». ¿La caída del Muro? ¿Terrorismo internacional? ¿Crítica al capitalismo?

«Take This Waltz» (1988)

El origen de Cohen es más literario que musical. Su ídolo era Federico García Lorca (su hija se llama Lorca) y se basó en un poema suyo, Pequeño vals vienés, para esta pieza romántica adornada de violines y voces femeninas. Enrique Morente y Lagartija Nick la recuperaron en su fundamental Omega.