A la busca de un riñón en Internet

Tatiana López

SOCIEDAD

Polémica en EE.UU. ante la proliferación de páginas web que procuran donantes para enfermos terminales

28 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

A Kris Randall le quedaban apenas tres semanas de vida cuando fue sometido a un trasplante de hígado. La persona que le devolvió la vida no era un donante anónimo, sino una joven de 23 años que había visto su caso en una página web. «Quería hacer algo por los demás y encontré MatchingDonors.com. Es fácil, y es totalmente legal», en palabras de la buena samaritana cuyo caso, recogido esta semana en la popular revista The New Yorker, es solo uno de los cientos de trasplantes acordados a través de Internet que cada día tienen lugar en EE.?UU.

Esta nueva moda ha conseguido sembrar la polémica en el país de las libertades, donde, al contrario que en España, no es ilegal donar los órganos fuera del sistema médico, siempre y cuando no se reciba dinero por ello. Es precisamente al abrigo de este vacío legal como nacieron páginas como MatchingDonors.com, una suerte de panel de anuncios al que acuden las personas que necesitan un trasplante urgente, pero a quienes el sistema de salud ha dado ya por perdidas.

«Básicamente se trata de dar una última oportunidad a alguien que está al final de la lista y que puede encontrar a un donante que se apiade de él», explica Paul Dooley, creador de esta página hace cinco años a raíz de la muerte de su padre mientras esperaba un hígado.

Desde que fue fundada, se calcula que miles de personas han conseguido salvar la vida gracias a esta iniciativa que, sin embargo, cuenta con abundantes detractores al norte del río Bravo. Entre las principales críticas realizadas destaca el hecho de que la página no garantiza la fiabilidad de los donantes, si bien especifica que ningún enfermo puede pagar a cambio de un órgano. Otra de las críticas se refiere al hecho de que personas anónimas puedan jugar a ser dios, es decir, a decidir a quién van a salvar basándose en principios como la fotogenia o la empatía personal.