El viaducto de ferrocarril más notable del XIX se cae a trozos

REDONDELA

Patrimonio del Estado tapa el puente de Redondela tras los desprendimientos.

17 jun 2009 . Actualizado a las 11:48 h.

El viaducto de ferrocarril más notable del siglo XIX, que pertenece a Patrimonio del Estado como bien cultural, debido a su singularidad como obra de ingeniería, se cae a pedazos en Redondela. Se trata de una estructura de hierro cuyo proyecto fue redactado en 1872 por los ingenieros franceses de la Compagnie des Fives Lilles. La obra se inauguró en 1878.

Según los ingenieros Carlos Nárdiz y Miguel Ángel Cañadas, autores de un estudio sobre este puente del tren, «el carácter histórico, e incluso simbólico, que tiene el viaducto hizo que el clamor por acometer de inmediato su restauración no fuese solamente una demanda de los ciudadanos de Redondela, sino de todos aquellos que ven en esta obra de ingeniería del pasado, ligada a la construcción del ferrocarril en Galicia, un patrimonio cultural y urbano a escala nacional, cuyas dimensiones lo convierten, posiblemente, en el puente de ferrocarril más interesante del siglo XIX que se conserva en España».

El viaducto dejó de usarse en la década de 1970 y en el 2000 fue sometido a una limpieza del óxido. Los expertos dictaminaron entonces que no era necesaria la reposición de elementos estructurales. Pero las lluvias han ido corroyendo el hierro y se han desprendido trozos vencidos por la herrumbre. El 29 de abril pasado se desplomó un pedazo de hierro de unos treinta centímetros de longitud y casi un kilo de peso. «Pudo haber matado a alguien», señala el teniente de alcalde responsable de Patrimonio, Eduardo Reguera.

Muerte de golondrinas

Para evitar nuevos desprendimientos, los responsables de Patrimonio del Estado han colocado una red protectora alrededor de la estructura. Pero no han tenido en cuenta que en el viaducto anidan numerosas golondrinas. Han construido en la estructura ochenta nidos y, al taparse con la malla, los pájaros no han podido alimentar a sus crías, por lo que unos doscientos polluelos han muerto de hambre, según ha denunciado Adega. El alcalde señala que «los ecologistas critican, pero no dan soluciones».