Una mutación genética causa la mayoría de los melanomas

Agencias

SOCIEDAD

Científicos británicos atribuyen al B-RAF el 70% de los cánceres de piel.

08 abr 2009 . Actualizado a las 19:56 h.

Un equipo de científicos del Reino Unido ha descubierto que una mutación genética asociada al gen B-RAF es responsable de un 70% de los melanomas, la variedad más grave de cáncer de piel. El estudio del británico Institute of Cancer Research, publicado en Cancer Cell, confirma que la mutación de ese gen es una fuerza dominante en el desarrollo de la enfermedad y podría ser incluso su causa principal.

El gen B-RAF se encarga de elaborar la proteína del mismo nombre, que participa en el envío de señales en las células y en su crecimiento. Hasta ahora se sabía que el gen podía mutar en melanomas, pero ahora se ha constatado que el mero hecho de adquirir la mutación puede desencadenar una serie de cambios genéticos que acaban causando ese melanoma.

«Sabemos que una excesiva exposición al sol es la causa principal del cáncer de piel, pero en cambio se sabe poco de la genética que hay detrás», declaró a la BBC uno de los autores del estudio, Richard Marais. «Nuestra investigación demuestra que el deterioro genético del B-RAF es el primer paso hacia el desarrollo del cáncer de piel», explicó.

Según los investigadores, el hallazgo permitirá elaborar tratamientos más efectivos contra la enfermedad.

Distinguir los malignos

Recientemente, investigadores del Centro del Cáncer Integral de San Francisco (Estados Unidos) desarrollaron un método para distinguir entre las masas benignas y los melanomas malignos basado en las diferencias en cinco marcadores moleculares. Los resultados del estudio se publicaron en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los científicos diseñaron una técnica para mejorar la eficacia del diagnóstico basándose en proteínas que se habían descubierto en cantidades elevadas en los melanomas. Los investigadores desarrollaron un algoritmo informático para analizar muestras de biopsia a las que se habían aplicado anticuerpos específicos.