Los británicos, víctimas de su buena educación en la tragedia del Titanic

Afp

SOCIEDAD

Un estudio asegura que los implicados en la catástrofe respetaron las reglas de comportamiento en situaciones extremas.

27 ene 2009 . Actualizado a las 21:35 h.

Víctimas de su buena educación, los británicos que viajaban en el Titanic contaron con un 10% menos de posibilidades de sobrevivir que otros pasajeros de países menos educados, según un investigador suizo citado el martes por la prensa local.

Por el contrario, los estadounidenses fueron los campeones de la supervivencia del famoso naufragio del transatlántico, el 14 de abril de 1912, según un estudio realizado por el economista Bruno Frey, que no ofrece una hipótesis al respecto.

Frey, un investigador universitario de Zurich, y otros dos investigadores australianos examinaron las listas de los pasajeros del Titanic para saber qué grupos sociales sobrevivieron mejor en la catástrofe y analizar de esta forma «los comportamientos humanos cuando está en juego la vida o la muerte».

El transatlántico no disponía de suficientes botes de salvamento para los 2.200 pasajeros, de los que 1.500 murieron en el naufragio.

Según el estudio de Frey -aún no publicado-, en esa catástrofe se respetaron, sin embargo, numerosas reglas de comportamiento en situaciones extremas.

Así, la consigna de «mujeres y niños primero» fue respetada, de forma que las posibilidades de supervivencia de las mujeres fueron 53% más elevadas que las de los hombres.

En cuanto a los niños, tuvieron un 15% más de posibilidades de sobrevivir que los adultos.

Las mujeres jóvenes o con hijos sobrevivieron más que las mujeres mayores, según el estudio, que pone en relación este dato con el instinto de garantizar la supervivencia de la especie.

Al igual que en otras circunstancias de la vida, los ricos tuvieron más oportunidades de salvarse cuando la embarcación se fue a pique.

Las posibilidades de supervivencia de los pasajeros de primera clase fueron un 40% superiores a los de los de tercera clase, que estaban en los puentes más alejados de los botes de salvamento.

La tripulación también se vio favorecida a la hora de sobrevivir, con un 18% más de posibilidades de salvarse que los pasajeros, gracias seguramente a la mayor información de que dispusieron sobre el desastre y sus consecuencias, según Frey.