Mejor preparados que sus mayores, pero menos felices, y muy afectados por la crisis

Tatiana López

SOCIEDAD

14 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Una encuesta reciente indica que apenas un tercio de los jóvenes estadounidenses manifiestan ser felices. Los jóvenes, en la veintena o menores, se han visto muy afectados por la crisis económica. Solo un 28% de los jóvenes de entre 18 y 29 años en EE.?UU. se definen a sí mismos como personas felices. El porcentaje, recogido por el centro de investigaciones Pew Research, contrasta, sin embargo, con el 36% de los estadounidenses mayores de 60 años que dicen estar «muy felices» o haber alcanzado la «máxima felicidad» en sus vidas. Esta diferencia de satisfacción entre ambas generaciones sorprende en una juventud que en los últimos años años ha visto mejorar notablemente su calidad de vida. El número de jóvenes que terminaron sus estudios universitarios en Estados Unidos con menos de 25 años fue de casi un 33% el año pasado, frente a apenas el 5% que los concluían a mediados de los años cuarenta.

En todo caso, los jóvenes estadounidenses de hoy en día son menos dados a cumplir con los valores tradicionales de lo que lo fueron sus padres. La edad media para contraer matrimonio se ha retrasado en los últimos 40 años de los 22 a los 29 años en el caso de lo hombres, mientras que en las mujeres la edad promedio para para pasar por el altar se sitúa en los 26. La economía, ahora más modesta, manda. Los desastres de una crisis económica han colocado a los jóvenes estadounidenses en el centro del huracán salarial. La crisis azota con especial fuerza al llamado empleo juvenil. Durante el pasado mes de junio solo un 39% de los menores de 20 años encontraron un trabajo (lo que supone la cuota de empleo más baja de los últimos 60 años en este sector). Quizá por eso más de la mitad de los que aún no han cumplido los 30 años siguen viviendo en casa de sus padres.

La contestación juvenil se limita, por ahora, a las campañas contra la guerra de Irak, en las que los universitarios siguen siendo la fuerza principal.