Eustaquio ya puede llamarse Daniel

Ana Bellón

SANTIAGO CIUDAD

A partir de los 18 años una persona puede cambiarse el nombre o el orden de los apellidos. Es un simple trámite legal que permite que alguien llamado Eustaquio se reinvente como Daniel, uno de los nombres más populares en España, junto a Santiago, Sebastián y Diego

01 jun 2008 . Actualizado a las 14:44 h.

María del Carmen siempre quiso ser simplemente María. Era tradición en su familia ponerles Carmen a las niñas, y ella no fue una excepción. Al cumplir los 18 años, decidió realizar los trámites legales para ser, a todos los efectos, María.

No es la única que, basándose en la Ley del Registro Civil del 8 de junio de 1957, se ha cambiado el nombre o alterado los apellidos en España. La normativa establece que podrá hacerlo quien sea mayor de edad, tenga una causa justificada y no perjudique a terceros. Además, desde 1999 se puede inscribir a los hijos, si hay consentimiento entre los padres, con el apellido materno en primer lugar y el paterno de segundo. Otra modificación que sufrió hace unos años la ley fue la de incluir la posibilidad de traducir el nombre o los apellidos a una lengua oficial del Estado español o a una extranjera. Pepe, Ameixeiras, Iosu, Etxeberría, Yusep, Ferrer... son nombres y apellidos que han podido inscribirse como tales en el registro. «Es previsible que en el futuro la ley se siga adaptando a los cambios sociales», comenta Ángel Rebolledo, catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Santiago de Compostela. Por ello hay que apuntar que, desde junio del 2007, las personas transexuales pueden modificar su nombre aunque no hayan realizado una operación quirúrgica de cambio de sexo.

De nombre familiar a oficial

«Es una gran responsabilidad para los padres decidir cómo llamar a su hijo, porque corres el riesgo de que, cuando tenga uso de razón, a él no le guste». Dolores, hoy Lola para más gente que sus amigos, habla por propia experiencia. Es otro ejemplo de cambio de nombre. En su caso, decidió registrar el diminutivo por el que quería ser conocida. Para ello, necesitó dos testigos y documentos que certificasen que en su vida diaria figuraba como Lola. En un mes y medio había resuelto los trámites para los que no suele haber grandes dificultades según dicen fuentes de los registros civiles de Vigo y A Coruña.

También aconsejan verificar el momento de la inscripción además de su correcta ortografía. «Si hay un error en la escritura del nombre o del apellido, conviene cambiarlo lo antes posible, porque suele dar problemas futuros bastante serios», indica Soledad Cabanas, secretaria del Juzgado de Paz de Narón, quien asegura que «se dan casos y solicitudes verdaderamente curiosas».