El sol avivó el domingo oleiro en Xinzo

P. S.

BARRO

El buen tiempo animó la participación en una jornada que se centra en el baile de vasijas de barro, que inexorablemente acaban rotas en mil pedazos al caer al suelo

21 ene 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Todo discurre en Xinzo según el guión y el ciclo ya conocido: domingo fareleiro, domingo oleiro y domingo corredeiro, hasta llegar a la fiesta total, que este año se adelanta, cosas del calendario, al primer fin de semana de febrero. Pasado por agua el anterior domingo, el fareleiro, con la consiguiente incomodidad y frustración, el domingo oleiro devolvió ayer la alegría, iluminado por un sol espléndido, cielo limpio y ausencia de agua.

Nada que ver con la intensidad de los días grandes, con miles de personas en las calles de la capital de A Limia, pero fueron cientos de personas las que ayer se dieron cita en la villa para asistir al siempre llamativo baile de olas, las vasijas de barro que vuelan de mano en mano hasta acabar rotas en mil pedazos en algún momento, para regodeo de la mayoría, aunque entre los más chicos el sentimiento es sutilmente diferente. A todos les gusta prolongar esa festiva pachanga, pero en algún momento ha de finalizar. Y termina, claro, aunque luego se siga la fiesta en calles y bares de la villa.

El programa del domingo oleiro lo abrieron ayer a primera hora de la tarde los más chicos.

Los niños son la garantía de la pervivencia de la fiesta y eso lo tienen claro en la villa, animándolos no solo con el disfraz pantalla tradicional, siempre más fácil de explicar, sino con el resto de los rituales.

Hora y media después, el protagonismo es para los adultos. De los caramelos que llenan las primeras olas ya no queda rastro. Para las segundas, confeti, harina o agua. Aquí ya se bailan las olas en serio. La experiencia lo es todo entre los participantes. Solo intervienen quienes saben y a pesar de ello, como ayer mismo, a cualquiera le puede caer una ola o rozarle la cabeza, con la consiguiente escandalera de sangre. Nada grave, pero incómodo.