El lujo no sabe de crisis

Ivannia Salazar

SOCIEDAD

Mientras las tiendas de clase media registran una baja en ?las ventas, los clientes de las más caras no dejan de comprar

16 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Carritos de bebé de 15.000 euros, zapatos de 3.000, bolsos de 2.000 o trajes que ascienden a los 7.000 son solo algunos de los artículos lujosos y exclusivos que puede adquirir una parte de la población.

El pasado octubre, las cadenas minoristas estadounidenses registraron un volumen de ventas muy inferior al previsto y las tiendas de ropa y complementos fueron las más afectadas. Entre las principales razones están el aumento en el precio de los alimentos y del combustible, así como la crisis en el mercado de la vivienda. «Estamos viendo un reflejo de todos los factores que ?afectan a los consumidores», dice Britt Beemer, presidente de America's Research Group, una empresa encuestadora. Pero en el segmento de lujo no solo no se ha notado una baja, sino que las ventas van en aumento. Por ejemplo, en SKS.N las ventas subieron en octubre un 10,6%, casi el doble de lo esperado.

En España el panorama no es muy distinto. Mientras los comercios de clase media aseguran que las ventas han caído y los datos de la Confederación de Empresarios de Galicia confirman que el cierre de negocios durante el 2006 casi se duplicó respecto al año anterior, las tiendas de lujo no han notado grandes cambios. Al menos así lo confirman dos de las más emblemáticas de Galicia: OttodiSanPietro, en A Coruña, y Charme, en Vigo.

Para Verónica Infante, responsable de compras de OttodiSanPietro -con ropa y complementos de marcas de alta gama, como Prada o Gucci-, una de las razones es que no venden productos «de gran consumo». Francisco Domínguez, propietario de Charme, tienda de referencia para los seguidores del lujo -vende trajes para caballero de la marca Brioni-, «los clientes son cada vez más exigentes y cuidadosos a la hora de gastar su dinero». «Por eso creo que el consumo se está ralentizado en todos los sectores», explica.

Poder adquisitivo

Un informe de la OCDE publicado en noviembre asegura que el poder adquisitivo de la población ha bajado. Pero el de los consumidores de lujo es el menos afectado, ya que o bien no tienen que restringir gastos en la misma medida que la mayoría, o los restringen en otras áreas, pues la ropa y los complementos, principalmente, son una de sus prioridades. Así lo confirma Marta, una publicista coruñesa que se define como «adicta al buen gusto» y sostiene que «un armario actualizado y exclusivo es una prioridad y una necesidad» por su tipo de trabajo.

Al respecto, Infante comenta que «en épocas de crisis todos nos vemos afectados de alguna manera. En algunos casos inhibe más el efecto psicológico que el real» y agrega que «el lujo representa para algunos un estilo de vida, y para otros la ilusión de tener algo muy deseado». En esto coincide con Francisco Domínguez, quien destaca que «no toda la gente de mucho dinero es cliente de estas tiendas, y hay hombres con poder adquisitivo medio que sí lo son, porque su motivación a la hora de comprar está más relacionada con sus valores y estilo de vida que con sus ingresos».

Pero ¿qué busca una persona en una marca o una tienda por la que debe desembolsar grandes cantidades de euros? El propietario de Charme lo explica así: «Viene buscando un producto determinado y tiene claras las necesidades que quiere satisfacer. Ofrecer ese producto en un entorno adecuado, y que la compra sea divertida y con una exquisitez y trato impecable, es el objetivo».

Es así como la calidad del producto y del servicio, la exclusividad de la prenda y hasta el estatus que denota influyen en estas compras. «El principal atractivo es que vendemos las colecciones más importantes del panorama de la moda. Y la atención, porque el entorno está acorde con el producto», dice Verónica Infante. Los clientes de OttodiSanPietro son en su mayoría profesionales independientes, y los de Charme, «personas a las que les gusta vestir bien y a la moda, que cuidan su aspecto personal. La calidad y el diseño forman parte de su estilo de vida. Suelen ser empresarios, deportistas, profesionales liberales, directivos de empresas y empleados de banca, entre otros», explica Domínguez.

Pero aunque los compradores suelen ser los mismos y fieles a su tienda, hay quienes en esta época quieren hacer un regalo sorprendente y gastan un dinero que normalmente no utilizarían de esta manera. Otra opción para quienes quieran darse uno de estos lujos es esperar a las rebajas, cuando vienen «clientes que acceden a unos artículos que de otra forma no adquirirían», dice Infante. «El cliente habitual no gasta más dinero en época navideña», explica Verónica Infante, pero «el que quiere hacer un regalo sorprendente sí».

Al igual que en Estados Unidos, en España los menos afectados por el euríbor son los vendedores -y los compradores- de las marcas que para algunos son meros caprichos, pero que para otros son auténticas y valiosas obras de arte.