Los españoles son los europeos que más tarde alcanzan la madurez personal y social

Colpisa

SOCIEDAD

Emancipación, vida en pareja, matrimonio, hijos, nietos... casi todo llega más tarde que para nuestros vecinos europeos.

29 nov 2007 . Actualizado a las 12:27 h.

Los españoles vivimos mucho, somos de los más longevos de la Unión Europa, y vivimos 'lento'. Emancipación, vida en pareja, matrimonio, hijos nietos... casi todo llega más tarde que para nuestros vecinos de continente, según la tercera edición de la Encuesta Social Europea (ESE). Usos, costumbres y condiciones socioeconómicas se conjuran para retardar los principales hitos en la peripecia vital del español medio.

Los frutos de la naturaleza maduran antes al sur, pero las latitudes meridionales no garantizan la precocidad personal y social de los individuos, a tenor de lo que se ve en la fotografía de conjunto de los pueblos europeos. Los españoles conseguimos nuestro primer trabajo remunerado a los 19 años, ajustados al promedio continental. Los más precoces en este punto son los alemanes, daneses, fineses, portugueses y suizos, y los más rezagados son los ciudadanos de Eslovenia, Estonia y Rumania, que esperan a los 21 años.

A partir de ahí, sin embargo, empezamos a quedarnos atrás. En España los jóvenes dejan el hogar paterno a los 23 años - a la misma edad que los belgas, ambos los más remolones de Europa-, aunque los responsables de la encuesta explican que no se trata de una emancipación entendida como tal - hogar y vida independientes-, que aún es más tardía, sino más bien de una salida forzada por estudios que puede tener retorno o no. Los nórdicos, noruegos y daneses, dejan el nido a los 19 años, portugueses y polacos, entre otros, a los 22, y la gran mayoría lo hacen entre los 20 y los 21 años.

Aunque las diferencias no son escandalosas, también vamos un paso por detrás en relaciones sentimentales. Vida en pareja por primera vez, a los 25, y matrimonio a los 26 años, dos años después que la media de los demás europeos. Sólo los suizos y los suecos se casan más tarde, a los 27 años, que es la edad a la que los españoles tenemos el primer hijo. La media de los veinte países estudiados es de 26 años para estrenar la maternidad/paternidad.

Por lógica, el primer nieto también se hace esperar más; en España llega a los 54 años, frente a la media de 50.

Respecto de la trayectoria vital también se preguntó sobre la edad ideal para hacer ciertas cosas, y la opinión de los españoles coincide, en general, con su propia experiencia, es decir, vida en pareja, matrimonio e hijos mediada la veintena. Para la mayoría, a los 31 años cualquier joven debiera haber salido ya del hogar paterno, los 16 años es la edad mínima para iniciarse en el sexo, la jubilación debería plantearse a los 60 años y a partir de los 61 nadie debería trabajar veinte horas o más a la semana.

Los españoles vivimos y dejamos vivir. Así, la mayoría no ve mal las parejas de hecho, el trabajo a tiempo completo de ambos aun teniendo hijos, o no tener descendencia. La decisión personal peor digerida por los españoles es la de divorciarse cuando los hijos son aún pequeños, poco recomendable para el 36% de los encuestados.

Los países ex comunistas son los menos tolerantes en este tipo de decisiones, y los nórdicos lo más liberales. España está en un punto medio.

Comparación

La ESE, financiada por la Comisión Europea y por los Gobiernos de todos los países implicados, ofrece una buena panorámica de las actitudes sociales y políticas y su principal virtud es «la plena comparabilidad», porque las preguntas son idénticas y se hacen en las mismas fechas, entre octubre de 2006 y marzo de este año, explicó Marino Torcal, investigador de la Universidad Pompeu Fabra y responsable de la encuesta en España.

El sondeo pregunta también por la percepción sobre el bienestar social y el grado de felicidad de los ciudadanos europeos. Los daneses y suizos son los más satisfechos con la marcha de su vida, con notas de 8,2 y 7,8, respectivamente, en una escala de uno a diez. Los españoles puntuamos nuestras vidas con un siete, al final del grupo más optimista, que integran también Noruega, Suecia, Finlandia, Bélgica y el Reino Unido. «En general -dijo Torcal- la satisfacción coincide con los países o sistemas con mayor grado de protección social», que guarece a los individuos de las contingencias de la vida. Quizá por lo mismo, los más descontentos con su vida son los búlgaros y los rusos, que se suspenden a sí mismos. Otros países del antiguo bloque del Este, Hungría, Rumania, Estonia y Polonia apenas aprueban, y en medio de ese grupo destacan también los portugueses, que sólo le dan a su vida un 5,8 de beneplácito.

Los españoles declaran un alto grado de satisfacción con el trabajo, un 7,2, a sólo seis décimas de la cabeza, de nuevo Dinamarca, aunque están un poco más descontentos con el tiempo que le dedican a la actividad laboral, que puntúan con un 5,9. Al menos la mitad de los españoles (46,3%) se cree pagado adecuadamente, mientras que un tercio opina que sus esfuerzos laborales no se recompensan como es debido.

Fernando Vallespín, director del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), presente en el acto, destacó la «importancia y la buena valoración» que los españoles dan al trabajo, el tercer pilar de su vida después de la familia y los amigos. Por eso «en los países nórdicos nos conocen como los prusianos del sur», apostilló.