El Nobel premia la técnica utilizada para cambiar el genoma de ratones

SOCIEDAD

09 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Alterar de forma controlada el genoma de un ser vivo era un sueño largamente ansiado por la ciencia. Solo así se podría determinar la función de genes individuales y las enfermedades que causan los defectuosos, en lo que supone una nueva puerta abierta al conocimiento del mecanismo biológico que induce a determinadas patologías y a la búsqueda de terapias para combatirlas. Este sueño empezó a materializarse en 1989 con la creación del primer ratón knockout . O lo que es lo mismo, el primer roedor al que se le anuló el funcionamiento de un gen durante la fase embrionaria.

Esta técnica, mediante la que se introducen cambios genéticos en ratones a partir de células madre embrionarias y que ya se aplica de forma rutinaria en laboratorios de medio mundo, fue posible gracias a las aportaciones de los genetistas Mario R. Capecchi, Martin J. Evans y Oliver Smithies, a los que la Academia sueca reconoció ayer con el Premio Nobel de Medicina.

Desde 1989, los investigadores que replicaron la técnica propuesta por los ahora galardonados han logrado manipular diez mil de los veinte mil genes del genoma del ratón, lo que ha ayudado a la ciencia determinar el papel de genes individuales en las enfermedades y a establecer más de 500 modelos animales ?-cuyos resultados son extrapolables al ser humano- de patologías que van desde las neurodegenerativas a las cardiovasculares, la diabetes o distintos tipos de cáncer.

Lo que se ha hecho es reproducir en ratones defectos genéticos similares a los que podría tener el hombre para intentar desarrollar así nuevas terapias para pacientes.

El logro ha supuesto una revolución en medicina cuyos resultados ya se observan en la actualidad, pero cuyas principales transformaciones aún llegarán en el futuro. «Ellos fundaron una verdadera revolución de la investigación médica», explicó la presidenta del comité Nobel, Erna Möller. Desde Galicia, el investigador Víctor Arce, coordinador de la Rede de Animais Transxénicos (Ratga), coincide en la decisiva aportación de los tres premiados. «Fue un avance muy importante, porque desarrollaron una herramienta muy potente que nos está permitiendo ofrecer muchísimas respuestas al mecanismo del desarrollo de muchas enfermedades, y todavía nos tiene que dar muchas más respuestas».