Galicia, a la cola en número de ordenadores por alumno

Efe

EDUCACIÓN

La portavoz de Educación del PPdeG, Manuela López Besteiro criticó la «poca importancia» que el Gobierno socialista, «tanto el gallego como el estatal», le está dando a la asignatura de informática.

22 ago 2007 . Actualizado a las 14:59 h.

La portavoz de Educación del PPdeG, Manuela López Besteiro, denunció hoy que Galicia es la tercera comunidad de España «por la cola» respecto al número de ordenadores por alumno, con un PC por cada 12,9 estudiantes.

Besteiro acusó en rueda de prensa al presidente autonómico, Emilio Pérez Touriño, y a la conselleira de Educación, Laura Sánchez Piñón, de «haber engañado a la ciudadanía con las constantes promesas de garantizar un ordenador cada dos alumnos».

Criticó la «poca importancia» que el Gobierno socialista, «tanto el gallego como el estatal», le está dando a la asignatura de informática y consideró que debido a esto la materia se ha «convertido en una maría».

Además, dijo que existe una total «desorganización en la distribución del material informático a los centros educativos», y propuso que la dotación se haga en base a una consulta a los colegios y que se contemplen planes de formación específica al profesorado.

La portavoz del PPdeG de Educación apuntó que para paliar esta situación su partido acaba de presentar en el Parlamento varias iniciativas que contemplan la puesta en marcha de un plan global de fomento de las tecnologías de la información y la comunicación que «permitirá garantizar que en el curso 2008-2009 exista un ordenador por cada dos alumnos», puntualizó.

Añadió que con este plan se potenciará la formación en los centros incluyendo la informática como materia obligatoria en el bachillerato y se garantizará que el profesorado tenga una formación suficiente en esta materia.

Por otra parte, Besteiro dijo que el PPdeG presentará una iniciativa parlamentaria para «pedirle a la Consellería que reflexione» sobre el reciente Decreto del gallego ya que, manifestó, «creemos que debe contar con el consenso, para no convertir la lengua en un elemento de confrontación».