Los forenses dejan claro que la anciana que testó a favor de su cuidadora no sabía lo que hacía

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La señora afectada sufría una demencia tipo alzhéimer grave

23 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Asunción Lucas Álvarez sufría una demencia tipo alzhéimer lo suficientemente grave como para no saber ni entender lo que estaba haciendo cuando testó a favor de la mujer que la cuidaba, Josefa Garrido Sampedro, cuando la nombró heredera universal o le otorgó un poder para que pudiera representarla en todo tipo de negocios o transacciones. Tampoco cuando vendió por 150.000 euros su piso de Santiago a un tercero que comenzó a cobrarle después un alquiler de 500 euros mensuales por seguir viviendo en su propia casa. Ni tan siquiera habría estado en condiciones de sacar dinero del banco, como hizo.

Josefa Garrido está acusada de haberse apropiado de los bienes de esta anciana mujer y antes de sus dos hermanas, María Carmen y Carolina, que vivían también en el mismo piso de Santiago. El fiscal le pide seis años de cárcel por un delito continuado de apropiación indebida y le reclama que devuelva a los herederos legítimos de las tres hermanas los 235.640 euros de los que, en total, presuntamente se apoderó. Su hijo, Fernando Ludwig Garrido, también está acusado y le reclaman la misma pena.

En el juicio que se sigue en la Audiencia, la defensa de Josefa intentó hacer ver que Asunción quería a su cuidadora y que por ello la recompensó haciéndola heredera, pero todos los médicos y forenses, incluidos los oficiales del Imelga, rechazaron su tesis y coincidieron en que era imposible que fuese consciente de sus actos.