El presupuesto para investigadores en la USC se desploma a la mitad

tere lenza SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La financiación de recursos humanos ya se ha reducido en un 30 % y este año caerá más

18 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La carrera de investigador se está convirtiendo en una gincana cada vez más complicada y parece que los tiempos venidos no pintan mejor. Tras dos años de parón, los programas de ayudas universitarios en las etapas de predoctorado, posdoctorado y de formación se han reducido a la mitad en Galicia (de 10,6 millones destinados en el 2009 se bajará a algo más de cinco este año). Las dificultades de esta profesión ya empiezan en la etapa de máster y la posterior tesis. Se trataría de cinco años «a fondo perdido» en caso de que el investigador no tuviese respaldo económico. Si este período de tesis no tiene financiación, el investigador ha de pasar tres años sin cotizar, con el problema añadido de que muchos directores de tesis no aceptan investigaciones que no estén apoyadas económicamente.

Aún así, la Universidade de Santiago toma otra vía, y muchas de estas tesis se financian ofertando a los alumnos un contrato por obra y servicios en algún proyecto, que se convertirá en el objeto de estudio del becario. Cuando se acaba esta etapa llega el momento del posdoctorado. A día de hoy no existe ningún programa de tipo autonómico para ello y el estatal se ha reducido a la mitad. Dado el contexto actual resulta fundamental tener un título de doctor europeo, hecho que pasa por una estancia de por lo menos tres meses en un país extranjero. Por otro lado, para seguir la carrera investigadora se necesita una acreditación de la Aneca (agencia nacional de calidad), y este organismo exige una estancia fuera de España.

Uno de los métodos para proseguir con la investigación es a través de una plaza en la universidad. Esto se complica debido a que no se necesita tanto personal docente y se carece de una posición dedicada exclusivamente a investigar. Si aún así se decide continuar en este campo, la etapa posdoctoral se ha de completar con estancias fuera del país. La vuelta es un golpe con la realidad y las escasas plazas para la estabilización son un grave impedimento. Los puestos ofertados al año no superan la decena.

ANálisis Las becas y ayudas a las que se pueden acoger

Para realizar la carrera de investigador, las becas y contratos públicos resultan imprescindibles. La larga duración de esta formación, así como la dedicación exclusiva que esta tarea requiere no posibilitan una trayectoria satisfactoria sin apoyo económico. Para ello, las administraciones autonómica, nacional y europea sacan cada año una serie de becas destinadas a posibilitar la continuación de la formación científica. En el ámbito autonómico existen cuatro, una para cada etapa de la carrera investigadora y otra destinada a técnicos. Esta última y otra de las anteriores han sido congeladas por la Xunta y desde el año pasado ya no existen.

Autonómicas

María Barbeito. Se trata de un contrato predoctoral con un máximo de tres años de duración durante el período de la elaboración de la tesis, vinculada a un centro del sistema universitario gallego. Es el primer paso en la carrera.

En el 2006 se aprobaron 53 y en el 2007 bajaron a 40. Ya en el 2008 aumentaron a 43 las plazas concedidas, para llegar a 46 en el 2009. Durante el 2010 no se otorgó ninguna beca de este tipo, aunque se recuperó la convocatoria para este año 2011 y se ofertaron un total de 100 para toda Galicia.

Ánxeles Alvariño. Se concede a investigadores que ya han alcanzado el grado de doctor. Consiste en un contrato durante un máximo de tres años no prorrogables para proseguir el trabajo investigador. Esta beca ofrece la posibilidad de financiación para la estancia de los beneficiarios en un país extranjero.

En el 2006 se asignaron 24 contratos de esta modalidad. En el 2007 bajaron a 15, para seguir disminuyendo a 11 en el 2008, y 12 en el 2009. En el 2010, y en el 2011 esta modalidad se bloqueó. Esto implica también la imposibilidad de recibir financiación para estancias internacionales.

Isidro Parga Pondal. Esta convocatoria está destinada a doctores con tres años de antigüedad en la posesión del título. Otro de los requisitos de esta bolsa es haber realizado un mínimo de dos años de estancia en el extranjero. Estas ayudas son normalmente prorrogables. De estos contratos se ofertaron 14 en el 2006, con una ligera caída hasta la actualidad, habiendo 8 para el año pasado y 15 en este. Están dotadas con 34.200 euros, en la primera anualidad, para cada uno de los beneficiarios.

Isabel Barreto/ Lucas Labrada. Estas convocatorias están dirigidas a técnicos que estén en fase predoctoral o posdoctoral.

Desde el 2006 estas ayudas se mantuvieron sobre la treintena, siendo 31, 37, 31 y 34 respectivamente desde el 2006 al 2009. Desde el 2010 no se han vuelto a convocar.

españa

FPU/FPI. Son ayudas destinadas a financiar tesis de doctorado. La primera está orientada al profesorado, para quedarse en la universidad, mientras que la otra está dirigida a la investigación pura. El caso de estas bolsas es crítico. Aunque su número se mantiene en torno a las 70, esta es la primera vez en la historia de su existencia que no se adjudican todas las estancias internacionales solicitadas

Juan de la Cierva. Su función es financiar al investigador una vez ya doctorado. Entre sus prestaciones incluye la estancia en un país extranjero. Desde el 2006 su número se ha mantenido en una media de 5 concesiones.

Ramón y Cajal. Ofrece un contrato de cinco años en los que el investigador tiene responsabilidades docentes y de investigación, y la posterior plaza fija.

Son las más complicadas de conseguir, y han pasado de las 8 del 2007 a una sola este año.

Técnicos. Han pasado de las 60 del 2006 a las 20 de este año.