El 80% del alumnado del ciclo formativo del IES de Melide encuentra trabajo

Natalia Rodríguez Noguerol
N. NOGUEROL MELIDE / LA VOZ

SANTIAGO

La titulación, de fabricación e instalación de carpintería y mueble, apenas se resiente de la crisis del ladrillo

10 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Es el único ciclo que se imparte en el IES de Melide, pero una apuesta sobre seguro para el alumnado que decida orientar su formación hacia la especialización laboral que ofrece: fabricación a medida e instalación de carpintería y mueble. El acierto lo avalan las cifras de inserción en el mercado de trabajo de los alumnos que obtuvieron la titulación, de grado medio, desde el año académico 2005-2006.

Nueve de doce alumnos de esa promoción encontraron trabajo tras finalizar la formación práctica que se ofrece en el segundo y último curso del ciclo; en términos porcentuales significa un 83 por ciento del alumnado. El porcentaje se redujo al 66,6 por ciento finalizado el curso 2008-2009, coincidiendo con la eclosión de la crisis de la construcción y del mercado inmobiliario.

La caída de sendos sectores no pasó, sin embargo, demasiada factura a quienes en el IES melidense se formaron para trabajar en actividades auxiliares. El 83 por ciento de la promoción del ciclo medio de carpintería y mueble de hace dos años accedió al mercado laboral, y el curso pasado, el 60 por cien, porcentaje que podría verse incrementado a tenor de que tres matriculados tienen que repetir las prácticas.

Los datos se extraen de un informe elaborado por el coordinador del programa de Formación en Centros de Trabajo, Javier Iglesias, que concluye que el ciclo de grado medio del instituto de secundaria de Melide, con entre 10 y 16 nuevas matrículas cada año, «está consolidado e funciona». Iglesias atribuye la elevada inserción laboral a diversos factores; entre otros, a la amplia relación de empresas en las que el centro oferta prácticas y al extenso ámbito territorial de influencia del ciclo dada la estratégica situación geográfica del municipio, en el centro de Galicia.

«Eso permite non saturar o mercado», explica Iglesias, que también vincula el éxito con la calidad de la formación que recibe el alumnado, «moito máis personalizada» al no cubrirse la totalidad de las plazas -poco más de veinte- ofertadas.