El incendio de A Baña arrasó 67 hectáreas tras arder casi un día

a baña / la voz

SANTIAGO

En varias aldeas el fuego llegó a escasos cien metros de las casas

01 jul 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El parte de daños es escalofriante: arrasadas 67 hectáreas de monte arbolado en la parroquia bañesa de Fiopáns. Medio Rural no cuantifica el monte raso afectado. Todo sucedió en menos de un día: entre las 14.30 del miércoles y las 10.15 de ayer. Un amplio dispositivo de medios aéreos, con tres hidroaviones y cuatro helicópteros, así como numerosas motobombas y brigadas de Medio Rural, e incluso dos dotaciones de bomberos por tierra, fueron precisos ayer para controlar el primer gran incendio de la temporada en el Val de Barcala, avivado por el fuerte viento del nordeste que arrastraba la columna de humo sobre Negreira. El fuego afectó a una importante extensión de terreno en el monte de Bergando, en el límite de los concellos de A Baña y Negreira.

El primer foco comenzó hacia las 14.30 horas de ayer en la parroquia bañesa de Fiopáns, siendo extinguido una hora después tras afectar a 0,02 hectáreas, y todo apunta, según Medio Rural, a que fue causado por los fuegos de artificio con motivo de las fiestas del lugar. Aún así, pasadas las cuatro y media de la tarde, se inició el primero de los tres focos de fuego ya que, al parecer, había otros dos cerca de las aldeas de Fontemirón y Saleiróns, ya en el municipio de Negreira.

Precisamente, en la aldea de Saleiróns, perteneciente a la parroquia de Portor, dos viviendas más alejadas del núcleo tuvieron que ser protegidas ante la proximidad del fuego a unos cien metros. Dos dotaciones de los bomberos de Santa Comba se desplazaron hasta allí, así como varias motobombas y cuadrillas de Medio Rural, sin que llegasen a producirse desalojos.

Otro de los puntos calientes fue la cercanía de las llamas a la finca donde se encuentra la granja escuela de Bergando, en las inmediaciones de la variante de Negreira, si bien en la zona se apostaron motobombas y brigadistas, hasta la llegada de bulldozers para abrir los cortafuegos, debido a la abundante maleza existente en todo el monte.

Toda la noche fue un ir y venir de brigadistas y cuadrillas. Medio Rural adjudica al control de este incendio un técnico, cinco agentes forestales, cuatro brigadas, un Grumir, tres motobombas, una pala, una cuadrilla rápida, cinco helicópteros y un avión.