«Espectacular» es la palabra que resume lo que fue la primera gran fiesta de la temporada y que, aunque el verano acaba de comenzar, va a ser difícil, me atrevería decir que imposible, de superar. La organizó el arquitecto Joaquín Torres en la casa que construyó para sus padres en una lujosa urbanización de Pozuelo. Esta impactante vivienda fue uno de los primeros trabajos de la empresa A-Cero, que Joaquín acababa de fundar en A Coruña junto con el también arquitecto Rafael Llamazares. Precisamente el motivo de la fiesta madrileña del caluroso miércoles por la noche fue conmemorar el 15.º aniversario de este mediático estudio de arquitectura al que solicitan proyectos famosos de distintos ámbitos y países y empresarios de postín.
Pero para que se hagan una idea del nivel de la celebración a la que asistieron centenares de invitados les cuento que, por ejemplo, encendieron más de 4.000 velas blancas por toda la finca. «Hubo que esperar hasta el anochecer y que parase el viento para encenderlas. Había 40 personas encargadas de hacerlo», me comenta el propio Joaquín. Precisamente la iluminación fue un aspecto que destacaron la mayoría de los centenares de invitados. «La proyección sobre la fachada de la vivienda de la historia de la empresa fue increíble. Para quedarse con la boca abierta», me comenta Pablo Crespo, que junto a su esposa y su cuñada fueron algunos de los gallegos invitados a la fiesta. Muchos por amistad con el anfitrión y otros porque sus viviendas llevan la firma del estudio A-Cero. «Lo había visto en Estados Unidos. Son efectos en tres dimensiones utilizando volumetrías reales y ficticias. Le vamos a mandar el vídeo a cada invitado» me comenta Joaquín sobre la alabada proyección. Por cierto, también había otros gallegos como mi vecino de página, Josemi Rodríguez Sieiro, Almudena Botas, Javier Echeverría, Manolo Durán, Mayi Amenedo o Cuco Fernández de Mesa, el que fue delegado del Gobierno en Galicia. Aunque muchos contaban con poder ver de cerca a futbolistas famosos con casa diseñada por los arquitectos, lo cierto es que los de balón brillaron por su ausencia, porque están de vacaciones. El anfitrión recibió en la puerta acompañado por un cuarteto de cuerda. Un grupo de góspel cantó desde el tejado de la casa y hasta hubo ópera en directo. También actuaron acróbatas y malabaristas con antorchas en una fiesta en la que no faltó ningún detalle y todos estuvieron cuidados. Aperitivo abundante, incluida una espectacular mesa de quesos y distintos panes, y una cena con lubina como plato principal fue el menú con que el organizador sorprendió a los impresionados invitados.
Además de destacados empresarios, acudieron rostros conocidos como Nuria Roca, guapísima, Ana Rosa Quintana, Jacqueline de la Vega, David Meca, Cristina Tárrega, que pronto vendrá por Galicia para presentar una línea de maquillaje, y Borja Thyssen y Blanca Cuesta, entre otros muchos. Agradezco la invitación de Joaquín, que, aunque nació en Barcelona y se crio en Madrid, sus padres son gallegos. Además, el ahora famoso arquitecto estudió en la Escuela de Arquitectura de A Coruña tras un primer año en la facultad de Pamplona. «Aunque al final depende de uno, estoy muy agradecido. Es una escuela magnífica y todo lo que soy se lo debo a ella», se sincera con la voz todavía ronca de la fiesta. «Nos marchamos a las dos y media de la mañana con la boca abierta, y no de sueño, sino de admiración por el nivel de la fiesta», me comenta una de las invitadas gallegas. Queda mucho verano por delante, pero el listón de fiestas ya está muy alto.